REALMENTE ATERRADOR
Una de las máquinas de realidad virtual con las que Nintendo pretendía revolucionar el sector era casi una tortura para los que las probaban.
Algo que nos aclaran en el mundo de los videojuegos es que una compañía como Nintendo no teme a la hora de avanzar y buscar nuevas formas de sorprender a los jugadores. Se trata de una compañía que siempre tiene nuevas formas de garantizar a los jugadores que la máquina de la que disfruten sea única. Algo que sorprende si recordamos que la compañía comenzó siendo una empresa que se dedicaba a crear cartas hanafuda.
Sin embargo, con el avance del tiempo y la tecnología lograron crear cosas completamente únicas. Como, por ejemplo, las Virtual Boy. Sin embargo, estas no llegaron a encajar tanto como realmente se esperaba ya que se trataba de un casco que buscaba dar vida al 3D en los videojuegos. Sin embargo, ¿qué pasó con estas? Hay una historia mucho más oscura tras ellas de lo que pueda parecer.
Las pruebas a las que se sometían eran de auténtico terror
Esta información llegó mediante el ex productor asociado de Nintendo of América, Jim Wornell. Este, en su última entrevista, afirmaba que lo que tuvieron que pasar los que probaron las gafas era de auténtico terror, comparado incluso con una escena de ‘La Naranja Mecánica’. Exactamente afirma que lo pasado por aquellas pruebas era similar a la escena en la que se sentaba al protagonista y se le inmovilizaba en la silla con los párpados abiertos. Pues afirma que era la prueba que superaban con Virtual Boy.
Explica que, al hacer las pruebas, dilataban sus pupilas y hacían que se sentaran con la cabeza metida en esta máquina. A partir de ahí, comenzaría a brillar una luz en sus pupilas. La máquina contaba con unas varillas de plástico, apenas tocarían sus ojos, y a partir de ahí pedirían que, simplemente, la persona no parpadease durante aproximadamente 1 minuto.
Unas pruebas extrañas para garantizar la seguridad
Uno de los aspectos que reconoce es que tuvieron que pasar por pruebas muy extrañas para garantizar la seguridad de los jugadores. Para ello les soplaban en los ojos, les hacían jugar a un kit de prueba durante alrededor de 10 a 15 minutos antes de tener que descansar y volver nuevamente a dilatar las pupilas. Una serie de rondas que se dividían en 2 a 3 pruebas que consideraba una tortura.
Finalmente indicó que resultó interesante, sobre todo para tener en cuenta que se trataba de una prueba que buscaba saber si la máquina podría llegar a ser segura para los jugadores. Sin embargo, la máquina no llegó a salir debido a que, aquellos que le vendieron la tecnología a Nintendo, afirmaban que los niños llegaban a sufrir dolores de cabeza y, en algunos casos, hasta perdían el conocimiento.