DURANTE LOS 90
Puede que hablar de la mafia en la industria del videojuego no tenga mucho sentido en la actualidad, pero en los años 90 ambas convivieron, al menos en Japón. Este fue el caso de la Gran N, quien con el lanzamiento de Super Nintendo se vio asediada por nada más y nada menos que la Yakuza, la mafia más famosa del país del sol naciente.
Para hablar de la historia nos tenemos que remontar a principios de los 90. SEGA parecida destinada a llevarse el gato al agua con su flamante Megadrive. Nada más lejos de la realidad, pues Nintendo contraatacaba con Super Nintendo. La máquina de la compañía afincada en Kyoto fue un rotundo éxito. En Estados Unidos arrasó, pero no se quedó atrás en su país de nacimiento.
300.000 unidades vendidas en tan sólo unas horas que hicieron colgar el cartel de “no hay stock”. La aclamación popular por la consola fue tal que hasta el gobierno japonés tuvo que solicitar a las empresas de videojuegos que lanzaran sus títulos y productos durante el fin de semana, para así no distraer a empleados y estudiantes.
Es aquí donde entra la Yakuza en acción. La mafia nipona entendía la alta demanda de la consola como una visión de futuro. Su idea era hacerse con tantas máquinas como pudieran, asaltando los camiones de distribución, para revenderlas posteriormente mucho más caras.
Nintendo tuvo que lidiar pues con la estrategia de la Yakuza, caminos que ya se habían cruzado con anterioridad en la época en la que la compañía creaba cartas Hanafuda. Para luchar contra la mafia, Nintendo ideó un plan magnífico: realizar la distribución de SNES por todo el país sólo en horario nocturno.
Muchos pensaréis que se trata de algo lógico y normal en la actualidad, pero lo cierto es que por aquel entonces en Japón la distribución de todo tipo de productos se realizaba por la mañana. Este cambio en el planning trastocó por completo los planes de la mafia japonesa para asaltar los camiones Nintendo. La compañía de Hiroshi Yamauchi consiguió así evitar a la Yakuza y dicho sea de paso, convertir a SNES en todo un éxito.