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La vida de una cantante corre un serio peligro y Robin y su equipo velan por su seguridad

Una estrella de la música corre un grave peligro. Alguien quiere acabar con su vida y Robin McCall vela por su seguridad.

Una cantante llamada Misty quiere retirarse del mundo de la música y recibe una carta con un mensaje escrito con sangre en el que pone: "Voy a por ti". Su agente se pone en contacto con Robin McCall para que le ayude a encontrar al culpable. No es la primera vez que le llegan cartas amenazantes. También, recibe llamadas misteriosas por la noche y coches pasando por su casa a cualquier hora del día.

Al final, Robin McCall accede a ayudar al representante de la cantante, pese a no trabajar en seguridad y protección. Misty no lo sabe y cree que Robin y su gente forman parte de un equipo técnico que va a grabar entre bastidores su concierto de despedida que congregará a miles de fans procedentes de todas las partes del mundo. Pero, en realidad, es una excusa para velar por su seguridad.

Un encapuchado consigue acceder a la suite donde está Misty con Robin y su equipo, pero, afortunadamente, no le ocurre nada malo. La policía consigue detenerlo, pero solo se trata de un fanático que quería apropiarse de algún objeto personal de la artista para regalárselo a su exnovia.

McCall está preocupada por la seguridad de la artista, no saben quién puede estar detrás de estos ataques que son cada vez más constantes. Horas más tarde, a Misty intentan envenenarla con un té que, al final, se toma una amiga suya y debe recibir asistencia médica.

Robin está convencida que el responsable de lo ocurrido es alguien del equipo de la cantante porque conoce sus movimientos y rutinas. Tras investigar, todo parece indicar que su manager, que se molestó cuando anunció su retirada, podría ser el principal sospechoso. ¿McCall estará en lo cierto?