La vida no puede ser más dulce para Garfield. Apalancado en un confortable sillón frente al televisor y dándose un banquete de su plato preferido – lasaña – es el amo del universo. Esto es así hasta que su dueño, Jon, acoge a un dulce pero alelado chucho, Odie, poniendo el perfecto mundo de Garfield patas arriba.
La vida no puede ser más dulce para Garfield. Apalancado en un confortable sillón frente al televisor y dándose un banquete de su plato preferido – lasaña – es el amo del universo. Esto es así hasta que su dueño, Jon, acoge a un dulce pero alelado chucho, Odie, poniendo el perfecto mundo de Garfield patas arriba.