Momento destacado
Los isleños han aprovechado el 'juego de los secretos' como la excusa perfecta para cumplir sus deseos. El juego consistía en revelar una afirmación de un isleño, y cada uno tenía que besar a quien creía que correspondía.
Pero no todos han hecho caso a su intuición: solo Bea ha dejado a un lado su corazón y ha acatado al pie de la letra la mecánica del juego...¡besando a Jesús!