GRAN PROBLEMA
El coleccionismo se ha convertido en una de las mayores aficiones del siglo XXI. Los coleccionistas valoran mucho cualquier tipo de objeto con varios años de antigüedad, que tenga un valor sentimental o simbólico. Pero para que se valore bien, también es necesario que esté en buen estado.
En el caso de los videojuegos antiguos, además de evaluar su nivel de rareza, lo que más se valora es que aún conserve su caja y manual en perfectas condiciones. No es precisamente sencillo de encontrar por ejemplo, una edición bien conservada del primer videojuego de The Legend of Zelda para NES, o una copia del cancelado Tetris para MegaDrive.
Pero a la dificultad de encontrar una copia de juegos como los mencionados, hoy en día hay que añadirle un mayor problema: los facsímiles. Muchos jugadores que cuentan con juegos clásicos no dudan a la hora de crear una copia barata de las cajas originales para dar un aspecto de mejor conservación, pese a que estamos hablando de materiales nuevos para reemplazar algo mal conservado.
Lo peor es cuando estos productos salen a subasta a través de Internet prometiendo lo que no es verdad: que se vende una copia original de un videojuego de época perfectamente conservado. Algunas personas incluso han publicado ya tutoriales para restaurar las cajas de nuestro videojuegos de forma muy sencilla. Esto ha servido para alentar la polémica, qué es mejor: ¿tener un juego mal conservado pero 100% original o restaurarlo y perder con ello el valor de ser una copia auténtica?