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Se trata de un tipo de juego sencillo, claro y que engancha por su brevedad. Cada partida te llevará pocos minutos y resolverlas te hará usar lo justo las neuronas.
El juego sigue las mismas pautas que el clásico Sleepwalker de Ocean. Se trata de un juego en el que hay una persona que anda sola en sueños. Nuestra misión, como su mascota protectora, es ayudar a que ese sonambulismo no le lleve por el mal camino. Para ello, en este juego, tendremos que utilizar una serie de puertas y de atajos en el mundo de los sueños para que, finalmente, llegue de vuelta a la cama.
Lo que más destaca de la propuesta es, sin lugar a dudas, su cuidado aspecto, en el que destaca notablemente el toque a lo Salvador Dali, que le da el punto onírico al mundo de los sueños.
Sin lugar a dudas, el juego, como un pequeño juego de partidas rápidas, es completamente interesante. Sin embargo, como decimos, es demasiado parecido a Sleepwalker, ofreciendo una décima parte de sus posibilidades y un tres por ciento de su dificultad. Claro está, que aquel juego de Ocean tampoco es que fuese un número uno en ventas. Pero, tal vez, se les podía haber ocurrido tomar algunas más de las ideas de aquel juego a la hora de crear este Back to Bed.