VIDEOGAMEPLAY
Un personaje como Godzilla se merece un buen videojuego, pero no el mejor. Porque su fama se debe al cine, pero no al mejor de todos. De hecho, seamos sinceros, las películas de Godzilla no son buenas. Y las mejores, a todas luces, son las que no esconden el cutrismo de la época, con señores disfrazados de lagartos pegándose en ciudades hechas con recortes de papel.
Por eso, ciertos elementos de este nuevo juego de Bandai Namco son realmente interesantes: los movimientos del juego son pobres, pero son los del personaje. Los modelados de los kaiju o de los escenarios no son de última generación, pero no eran mejores en las películas... Lo que tenemos, a cambio de estos defectos, es la perfecta ambientación y argumento de aquellos míticos films: Godzilla va por ahí destruyendo cosas y los humanos le atacan sin éxito. En medio del caos aparece otro Kaiju, se pelean, gana Godzilla y se considera que es el salvador y un amigo de la humanidad. Aunque, de camino, haya destruido medio Tokyo.
Muchos detalles que tiene el juego, como esa descarada inspiraciónd e recreativa, con muchos modos de juego simples y cortos, así como la torpeza del personaje, o las limitaciones técnicas, son puramente Godzilleras. Imagínate por un momento que Bandai Namco lanzase un The Last of Us con el lagarto como protagonista, con un personaje ágil, unos escenarios asombrosos y una complejidad argumental de Pulitzer. Pues no sería Godzilla y, definitivamente, nos gustaría por motivos muy diferentes a los requeridos.
Por todo ello, este es el juego que el Kaiju más famoso se merece. No es perfecto, ni mucho menos. Pero tampoco decepciona. Porque si te aburre el modo de destrucción del mundo, también podemos coger y meternos en peleas con otros Kaijus o lo que nos apetezca.