MORTAL KOMBAT
Cuando compras un videojuego, es fácil darse cuenta que este tiene un número idetificativo en la portada, el cual nos indica la edad recomendada para jugarlo. Sí, hablamos del código de clasificación de edades, más conocido como PEGI en nuestro territorio. Pero, algunos se preguntarán, ¿donde desembocó todo esto?
Para contestar a la pregunta tenemos que trasladarnos al año 1994, un año en el que sería lanzado el primer videojuego de la saga Mortal Kombat. Para quienes hayáis jugado alguna vez a videojuegos de esta serie, las explicaciones os sobrarán, pero para quienes no hayáis oído hablar de ellos, con solo deciros que en Mortal Kombat podemos destripar a nuestros adversarios, desmembralos o comernos sus órganos, os podéis hacer a una idea del alto contenido gore que se respira en este juego.
Mortal Kombat causó un gran revuelo en la sociedad y por ello, las autoridades tuvieron que tomar medidas. Con el lanzamiento de este juego se acabaría implantando el sistema de clasificación de edades americano ESRB, un sistema que con el tiempo serviría de ejemplo para la creación del PEGI en Europa.
Edad y contenidos inadecuados
El código de clasificación PEGI, el cual es utilizado para todos los videojuegos de consolas Nintendo, Sony y Microsoft, tiene además una característica que nos permite ver de una sola pasada algunos de los contenidos que podrían afectar a los jugadores más jóvenes.
En la parte posterior de la carátula de un videojuego pueden aperecernos los atributos de Violencia, Miedo, Drogas, Sexo, Discriminación, Lenguaje soez, apuestas y juego en línea; siendo todos ellos unos pequeños avisos de contenidos que no tendrían porque ser perjudiciales para los jugadores, ni siquiera los mas jóvenes.
Violencia y videojuegos
Las palabras violencia y videojuegosno se han llevado demasiado bien a lo largo de estos últimos años. Más allá de la preocupación lógica de los padres porque sus hijos no jueguen a videojuegos no recomendados para su edad, algunos estudios llegan a determinar que incluso en mayores, el efecto directo de un videojuego es más fuerte que el de una canción o una película.
El simple hecho de estar jugando implica tomar el rol de un personaje con el que podemos llegar a no estar muy de acuerdo y que además, puede llegar a tener la obligación de tener que matar virtualmente a muchas personas. Saber diferenciar lo virtul de la realidad es lo más importante, pero igualmente muchos estudios concluyen que en mayor o menor grado, los videojuegos violentos influyen en sus jugadores.
Por otra parte, también está el peligro de que algunos videojuegos sirven como un gran entrenamiento para futuros terroristas. Pese a que el movimiento de las acciones puede no llegar a ser tan preciso debido a los controles, el entrenamiento puede ser efectuado de una forma más estratégica, sabiendo más o menos cómo podria reaccionar seres humanos normales y cómo abordar de una forma más catastrófica una masacre real.
Por otra parte, obviamente las compañías de videojuegos no miran de crear sus títulos pensando en formar a criminales, al igual que la gran mayoria de jugadores únicamente juegan a estos títulos como diversión, pero la posibilidad asusta a más de una persona; aunque también es cierto que incluso sin videojuegos, quienes quisieran cometer un crimen, mirarían de otras fórmulas de entrenamiento para llevarlo a cabo.