Lo último de Tim Schafer en iPad
La belleza de Broken Age, así como la inteligencia de su guión, en la que encontramos mucho humor negro o mala baba, que hace de contrapeso a su preciosista aspecto, vuelven para que sigamos disfrutando de una de las aventuras gráficas más redondas de los últimos años.
Por supuesto, el nuevo trabajo del siempre efectivo Tim Schafer no tiene los líos y enredos de Day of the Tentacle, ni, al estar partida en dos partes, la complejidad del maravilloso Grim Fandango. Tal vez, mirándolo bien, sea una especie de Full Throttle, un juego corto, simple, sin demasiados puzles complejos, pero con un espíritu serio y triste. Bueno, Broken Age es algo menos triste en el fondo que la historia de Ben de los Polecats, el personaje que, hablando menos, dice más de toda la historia de Schafer, pero por ahí le ronda.
Lo que nos cuenta Broken Age es una historia de injusticias: por un lado, Vella tiene que ser sacrificada a un monstruo, ante los ojos de sus orgullosa familia, que ve en el sacrificio motivo de celebración. Por el otro, Shay es un niño prisionero en una nave en la que todo lo que le rodea está diseñado para hacerle feliz, aunque no lo consigue. Shay quiere escapar de una horrible rutina, de una cárcel adornada con helado, personajes de lana y demás juguetes para un bebé.
Cuando los dos escapen de su destino: ella de su muerte y el de su prisión, el jugador recibirá un enorme puñetazo en el estómago. Si pensabas que el final de Bioshock Infinite era un viaje mental de lo más inesperado, eso es que no sabes lo que Schafer nos tiene preparado con este nuevo juego. Una auténtica locura en la que todas las piezas se conectan mágicamente, como sólo los mejores contadores de historias saben hacer.
La versión de iPad consigue mostrar un juego que nada tiene que envidiar del original para Mac y PC. Al igual que cuando Double Fine lanzó The Cave para esta plataforma, se ha conseguido que parezca el soporte original, el idóneo, el único para que debió ser lanzado. Los gráficos se muestran perfectos, los tiempos de carga más que correctos y la jugabilidad idónea para el nuevo soporte. Todo hace que la experiencia sea más agradable si cabe, al poder estar allá donde nosotros queramos llevarla.
Un auténtico imprescindible para todos aquellos que todavía disfrutan mientras les cuentan cuentos. Y este, es de los buenos.