TODO POR UN FIEL CORCEL
Con toda la libertad que ofrece The Legend of Zelda: Breath of the Wild, muchos no se extrañarían al ver que, además de desgastarse las armas, también pudiesen morir los caballos. Pero a todo hay una solución, y en el caso de los caballos esta no es otra que resucitarlos. Y no, ni estamos bromeando ni va a ser reuniendo las 7 bolas mágicas del dragón.
La resurrección de los caballos tiene mucho que ver con las fuentes de Hada, una de ellas en concreto. Para llegar a ella tendremos que irnos a la Posta de Farone, situada al sudeste de la Torre del Lago. Desde la posta bajaremos al Lago de los équidos, alcanzando un puente que tendremos que cruzar. Al otro lado nos encontraremos de nuevo con un bulbo, el cual nos pedirá hasta 1000 rupias para que los efectos de su hechizo se desvanezcan.
Una vez damos esta ingente cantidad de rupias, aparecerá Malanya, la Hada de los Caballos. Ella nos dará la posibilidad de resucitar al caballo que queramos, una vez este perezca en combate. Aunque eso sí, debemos estar avispados, pues si nuestro caballo cae cuendo aún no está registrado, no habrá forma de resucitarlo. Si ya había bastantes razones para registrar caballos en las diferentes postas, con la necesidad de tenerlos registrados para que resuciten, esto se hará mucho más habitual en los jugadores.