REALIDAD VIRTUAL
Un grupo de investigadores quieren hacer que la experiencia de realidad virtual sea mucho más rica, por lo que están desarrollando un sistema háptico centrado en la boca.
La llegada de la realidad virtual a los videojuegos fue toda una experiencia para los jugadores. Aunque la tecnología estaba en paños menores, y aun a día de hoy no es nada cómoda de utilizar, todos disfrutamos como enanos de nuestra primera experiencia con uno de estos cascos puestos. Sin embargo, la mala calidad de las lentes, el peso del aparato, el elevado precio y el mareo que provoca si pasamos un buen rato con el casco puestos, ha hecho que el desarrollo de estos aparatos se quede un poco estancado.
Sin embargo, y aunque el desarrollo de casco de realidad virtual para los videojuegos no se ha detenido en ningún momento, en muchos ámbitos diferentes fuera de esta industria sí se ha seguido trabajando con ahínco, y estos cascos pueden utilizarse en la actualidad para, por ejemplo, controlar drones y aparatos a distancia. Ahora, un grupo de investigadores quieren hacer que la experiencia personal sea mucho más rica, por lo que están desarrollando un sistema háptico centrado en la boca.
¿Cómo han hecho esto? Si piensas que debes morder algo mientras juegas estás equivocado. La realidad es que los Científicos del Grupo de Interfaces Futuras de la Universidad Carnegie Mellonutilizaron un Oculus Quest 2, que luego equiparon con transductores ultrasónicos, unos dispositivos que pueden generar ultrasonidos. Estos aparatos enfocan la energía acústica hacia la boca del usuario, y son capaces de simular diferentes sensaciones, como sentir el viento, cepillarse los dientes o, en un futuro, besar a alguien.
Hay que recordar que, después de las yemas de los dedos, la boca ocupa el segundo lugar en términos de sensibilidad táctil, lo que permite que los transductores ultrasónicos funcionen realmente bien. En el siguiente vídeo podéis ver cómo es esta tecnología.
En la demo del equipo, los participantes tuvieron que pasar por diferentes pruebas. En la primera debían caminar por un bosque lleno de arañas, cuyas telas tropezaban con sus bocas. Después, una araña saltaba a sus bocas, y el aparato generaba impulsos aleatorios en esta parte del cuerpo. Finalmente, con una pistola de bengalas, los jugadores tenían que hacer estallar a las arañas, y el líquido salpicaba en sus rostros.
El resultado de la encuesta final es que estos aparatos impulsaban el realismo y la inmersión en dicha experiencia. Sin embargo, debemos volver a recordar que esta tecnología aún está en paños menores, por lo que tendremos que esperar para poder disfrutarla en la comodidad de nuestras casas.