UNA MILLONADA
¿Cuánto estaríais vosotros dispuestos a pagar por una copia de Super Mario, el aparecido en NES, completamente precintado? ¿100 euros? ¿300 tal vez? ¿500 en el mejor de los casos y en el de ser auténticos fanáticos de la saga y coleccionistas? A un coleccionista de eBay no le ha importado pagar 30.000 dólares por ella.
Un pastizal para la mayoría de los jugadores, un precio prohibitivo que desde luego no ha sido el más alto jamás visto en este tipo de subastas. Tal y como relataba Drew Steimel, el dueño de una tienda, la copia llevaba mucho tiempo olvidada. Pero lo más sorprendente de ésta no que se trate de una unidad de uno de los juegos clásicos de la industria y que ha marcado a estudios y generaciones, sino el perfecto estado de la misma, manteniendo el precinto original.
Dicho esto, no era de extrañar que los más puristas de los videojuegos y por ende de ampliar sus colecciones hayan desembolsado la friolera de miles de dólares. Por ahora, la identidad del comprador permanece es una incógnita. No es la primera vez que vemos movimientos similares en eBay. Hace no mucho, otro de los juegos del catálogo de NES, Stadium Events, alcanzaba un precio final en la subasta de 42.000 dólares.
El coleccionismo de videojuegos es una de las tendencias más en alza en los últimos años. Numerosos jugadores se adentran en este campo con la esperanza de encontrar para sus estanterías reliquias pertenecientes a no sólo a la época de los 8bits, sino también posteriores como Nintendo 64, Dreamcast o PlayStation 2.
No obstante, y como cualquier otro hobbie, éste requiere de una gran inversión. El jugador debe de asumir que hacernos con esa consola sólo publicada en Japón o una edición limitada a unas pocas miles de unidades de un juego en concreto puede hacer que nuestra cartera se tambalee considerablemente.
En líneas generales los videjuegos de carácter retro suelen ser los mejor valorados, pero como suele suceder en todos los mercados, hay que andarse con ojo para no caer en falsificaciones. Aunque el cartucho por supuesto es el original, el software en sí, no pocos usuarios se valen de otras argucias para intentar colarnos copias “restauradas” como nuevas, como recién salidas de los 90.
Generalmente las pegatinas impresas en los propios cartuchos, las cajas y los manuales suelen ser algunos de los elementos que utilizan estos falsificadores para elevar considerablemente el precio de su juego varios ceros en el coste final.