GIRO DRAMÁTICO DE LOS ACONTECIMIENTOS
Los juegos para móviles tienen una peculiaridad, a nada que acabes enganchados y contengan micropagos con los que ganar mejores objetos o ampliar las posibilidades de seguir jugando, te replanteas si invertir un par de céntimos o euros.
Tal vez a muchos de vosotros se os ha pasado esta idea por la cabeza, igual a otros no. El protagonista de la historia que os contaremos a continuación, Kooko22 en el conocido foro Reddit, seguramente tarde bastante tiempo en invertir un sólo euro en un videojuego, sea el que sea.
Fire Emblem Heroes es el nuevo videojuego de Nintendo para dispositivos móviles. Un título de estrategia que nos propone ampliar nuestro ejército ya sea de forma gratuita, y por ende dedicando una cantidad ingente de horas, o bien invertir algo de dinero para tener a los mejores personajes - y completar la colección - de forma más rápida.
Por otra parte, para lograr tener el mayor número de héroes deberemos de tener orbes que, una vez utilizados, invocarán un personaje aleatorio. Como ya os estaréis imaginando dichos orbes también se convierten en pieza clave de las microtransacciones, ya que en función de la calidad del orbe el precio oscila entre 1 y 75 dólares.
Hasta aquí todo normal, ¿verdad? Pues todo da un giro dramático de los acontecimientos al saber que el bueno de Kooko22, de profesión químico, se gastó la friolera de 1000 dólares en orbes para tener en su colección un total de 500 héroes. Lo que Kooko22 no sabía es que todavía le faltaba un último personaje. Hector.
Su adicción al juego no sólo se tradujo en gastar cientos de dólares, sino que también en un cúmulo de mala suerte. Tras lograr completar el 99% de la colección de Fire Emblem Heroes (39 héroes con las mejores estrellas, otros tantos también de sobresaliente calidad y sólo 5 con 1 estrella), entre todos los personajes que pudo completar le quedó uno en el tintero.
Aunque en el post de turno Kooko22 dijera que no se arrepiente de haber gastado los 1000 dólares en el juego, no cabe duda de que ese golpe de mala suerte puede también traducirse como una lección aprendida.
¿Seríais capaces de gastar cientos de euros, por ejemplo, en lograr más vidas para juegos como Candy Crush? Desde el caso que os hemos comentado es uno de los más extremos, pero también demuestra que la adicción por un videojuego puede ir, a veces, demasiado lejos.