EN LOS PEQUEÑOS
“Una partidita antes de dormir y listo”. No hemos sido pocos los que hemos sucumbido ante tales palabras. Ya sea en consolas y por ende frente a la pantalla del monitor o TV, o bien en dispositivos móviles, ésta última la opción más tentadora, lo cierto es que un reciente estudio ha demostrado que dicho hábito otorga más problemas que beneficios, en especial para los más pequeños de la casa.
Así lo ha demostrado Monique LeBourgeois, quien a través del proyecto expuesto en Pediatrics, asegura que “en más de cinco docenas de estudios realizados en jóvenes de entre 5 y 17 años, el 90% encontró varios trastornos del sueño y por ende una peor calidad del mismo”.
Uno de los principales focos del problema radica en la luz y cómo ésta afecta a los niños. Sus retinas están menos acostumbradas que las de los adultos, produciendo toda una cascada de señales al sistema circadiano para así eliminar la hormona promotora del sueño.
Las pantallas antes de dormir, conexión con la obesidad
El estudio publicado en Pediatrics no ha sido el único que ha profundizado en el tema. Tomando como base el uso de pantallas antes de dormir, desde Global Pediatric Health aseguran que el empleo de 30 minutos previos al sueño frente a dispositivos tecnológicos como móviles o pantallas estaría vinculado también con la obesidad.
“La tecnología antes de dormir está asociada a menos horas de sueño, perdiendo cerca de 60 minutos de sueño, y un mayor IMC (Índice Masa Corporal). El uso de la tecnología está asociada con una mayor fatiga por la mañana, factor para sumar un mayor IMC, es un círculo vicioso”; destacan desde la revista.