DIGNO DE UNA TELENOVELA
Las disputas por los bienes materiales a la hora de romper con nuestra pareja suele suponer en muchos casos un auténtico trauma. La situación de dos británicos ha ido un paso más allá al llegar a juicio por el simple hecho de no decidir quién debe quedarse con la “custodia” de, atentos, ¡PlayStation 4!
Efectivamente, habéis leído bien. Christian Horton de 34 años y su expareja Samantha Boyd de 26 años no han dudado en acudir a los tribunales para que un juez sea el encargado de decidir quien debe quedarse con la consola de Sony.
Puede que en principio el caso suene a chiste, pero podría haber acabado mucho peor. Samantha ha denunciado a su exnovio por agredirla. Tal y como relata el abogado de la víctima, Christian - antiguo comandante de la Marina - empujó a Samantha contra unas cajas al descubrir que estaba guardando la consola para beneficio propio tras romper con su pareja.
“La encontré como un niño, con las manos en los oídos y totalmente envuelta en lágrimas”; relata la amiga de Samantha y testigo de lo sucedido. Al parecer Christian es un gran apasionado de los videojuegos, más en concreto de su consola PlayStation 4, por lo que parece dispuesto a ir a los tribunales con el fin de pelear por la máquina. Según el tribunal, no sólo la plataforma está en juego, sino también un buen puñado de títulos para la misma así como un iPad.
Un caso que es más bien digno de telenovela y en el que bajo ningún concepto está justificada la agresión de Christian a su expareja.
Una venganza que se hizo esperar 8 años
La historia que nos ocupa está a medio camino entre la preparación más concienzuda y la más dulce de las venganzas. Y es que un joven tuvo la frialdad de esperar hasta 8 años para encontrar el momento adecuado de darle “su merecido” a su padre.
Todo comienza cuando nuestro protagonista cumplió 16 años. Sus padres decidieron grabar el momento de los regalos en vídeo, quedando así para la posteridad la escena. No obstante, lo que en principio pudiera parecer una entrega como otra cualquiera pronto se convirtió en broma pesada, al menos para el chico.
Tras quitar el papel de regalo comprobó que se trataba de nada más y nada menos que una flamante Xbox 360, la consola que llevaba meses deseando. Para desgracia suya, el interior de la caja no guardaba la plataforma de Microsoft, sino las llaves de su primer coche. Sus amigos alucinando, él entre el desasosiego y la frustración por no tener su querida Xbox 360.
Pasaron los años, concretamente 8, y el chico quiso vengarse de su padre por lo sucedido tiempo atrás. Para ello aprovechó que ya se encontraba en las tiendas la nueva consola de Microsoft, Xbox One. Consciente de que su padre es un gran aficionado a los videojuegos, preparó con ayuda de sus hermanos el plan y que por supuesto quedaría grabado en vídeo.
El desenlace no os lo vamos a desvelar, obvio; pero ya os aseguramos que os sorprenderá. ¿Qué tipo de venganza habéis llevado vosotros contra vuestros amigos o familiares?