BUSCANDO EL IMPACTO
Este estudio utiliza el mítico videojuego ‘Pong’ para comprobar la viabilidad del estudio con el que se trata de buscar una solución para el alzheimer.
La ciencia y los videojuegos han unido en más de una ocasión sus caminos. Se tratan de dos campos que han sabido unirse y superar los límites juntos, sobre todo en lo que respecta a poder descubrir los misterios de la mente. Por ello, no es la primera vez que vemos a un grupo de científicos trabajando en un videojuego para descubrir cómo este puede afectar al sueño o, incluso, ayudar a detectar casos de alzheimer antes de que los síntomas lleguen a presentarse.
Sin embargo, en esta ocasión la empresa biotecnológica Cortical Labs ha sido la encargada de llevar estos estudios un paso más allá. Para ello, han buscado crear un cerebro de laboratorio al que han dado vida usando células madre humanas mezcladas con células de ratón. ¿Su principal objetivo? Que este sea capaz de jugar al ‘Pong’, el mítico juego de la consola Atari del año 1972 y que ya es toda una referencia en los estudios científicos.
Un cerebro creado para ayudar en el estudio de enfermedades mentales
Por supuesto, a pesar de que este experimento parte de una partida al ‘Pong’, la realidad es que jugar a videojuegos no es su misión. A la hora de jugar al ‘Pong’ consiguen demostrar que funciona y que el cerebro es capaz de responder a estímulos pero, ¿cuál es la verdadera intención de este estudio? Tal y como el director científico de Cortical Labs, Brett Kagan, explica, su intención es la de ayudar a seguir investigando el tratamiento del Alzheimer.
Para poder desarrollar este cerebro han utilizado entre 800 mil y un millón de células del córtex cerebral de ratón así como células madre de humanos. De este modo, estas han sido situadas en una placa de Petri, el recipiente clásico redondo que se utiliza en los laboratorios y que recibe ciertas estimulaciones para poder realizar actividad.
Tal y como explican en el estudio, utilizan un sistema de microelectrodos, consiguiendo así registrar su actividad. De este modo sabemos que este cerebro artificial ha logrado aprender a jugar al ‘Pong’ en apenas cinco minutos. Gracias a esto han podido interactuar con neuronas biológicas vivas de forma que la obligan a modificar su actividad, conduciendo así a lo que parece la inteligencia. Y para ello, nos han mostrado una de las partidas de este cerebro.
Sin embargo, ¿cuál es el siguiente paso con este cerebro? Tal y como han señalado, quieren comprobar cuál es el efecto del alcohol en el cerebro. Para esto, pretenden emborracharlo y comprobar si la curva de respuesta a diferentes dosis de alcohol etílico es similar a lo que le pasa a un cerebro humano al beber. De este modo, buscarán comprobar la viabilidad de ciertos fármacos o terapias.