ANÁLISIS VIDEOJUEGOS
Muchos consideran que es el tapado de este verano. El juego que sin hacer demasiado ruido, termina siendo el que más convence a la crítica y al público. Sin embargo, The Wonderful 101 es demasiadojuego de nicho en tantos sentidos, que lo de convencer al público se le va quedando un poco grande.
Lo que tenemos delante de nuestras narices es, sin duda, un juego divertido, imaginativo, original y que sabe explotar las posibilidades de Wii U. Es un juego que difícilmente le va a cargar a nadie, pese a que tiene muchos detalles que pueden estropear la experiencia, y que enumeraremos más adelante.
En él nos cuenta la historia de una ciudad ficticia en la que existe un grupo de superhéroes llamados los Wonderful 100. En un ataque alienígena se descubre un nuevo héroe, el 101, y tendremos que comandar a todos los héroes que podamos reclutar para acabar con los malos.
Puedes tener el mejor juego de texturas y los mejores efectos de luz, pero si no tienes la gracia y la diversión de The Wonderful 101, de nada te sirve
Lo divertido del juego es que, además de su aire caótico, nos permitirán crear curiosas formaciones o estructuras con los propios integrantes del grupo, como grandes puños, espadas, pistolas, martillos, látigos… La inclusión de los nuevos ítems depende de que incluyamos a algunos de los principales personajes en nuestra formación. Por ejemplo, el protagonista, Rojo, proporciona el puño, mientras que Azul la espada, Verde la pistola, Morado el látigo, Amarillo el martillo, y así sucesivamente. Dependiendo del número de personajes que tengamos en nuestra formación en el momento de invocar la forma, el objeto generado tendrá más poderes. Y para invocarlo tendremos que pintarlo en la pantalla.
Además, los objetos no sólo sirven para acabar con los innumerables enemigos que encontremos, ya que podremos también interactuar con el decorado (cortarlo, colgarnos con el látigo, usar el puño para abrir puertas con gigantescos mecanismos…) y hasta podremos recrear partes nuevas del escenario, como crear cadenas para llegar a un lugar lejano o generar una porción de un puente roto.
Todo, absolutamente todo, se hace a lo loco, caóticamente, como si no hubiera mañana. El estilo es rápido y desenfrenado y los momentos de juego son tremendamente entretenidos.
¿Y qué tiene de malo? Bueno, realmente tiene poco o muy poco malo. Podemos encontrar las clásicas quejas a un producto tan marcadamente nipón: la historia no tiene por qué llegarnos a este lado del mundo. La mezcla de locura absurda con traumas de infancia no termina de cuajar del todo. Por otro lado, todo el rato sonando la melodía del juego, a modo de canción de programa anime de superhéroes puede resultar algo cansino. Y, sobre todo, se han trabajado muy poco el diseño de los personajes para los momentos de cinemática. Vale que se busca un estilo animado, pero hemos visto muchos ejemplos de acabado cel-shading muchísimo más sofisticados que dan un toque mucho más next gen el producto del que encontramos aquí.
Sin embargo, todo ello se resume con una siemple pregunta: ¿Es más importante que un juego sea jugable o que sea espectacular? El resultado de The Wonderful 101 responde perfectamente a la pregunta. Puedes tener el mejor juego de texturas, los mejores efectos de luz y una animación que te haga frotarte los ojos para ver si esto es real. Pero si no tienes la gracia y la diversión de The Wonderful 101, de nada te sirve.