DRAGON BALL EXTREME BUTODEN
Una jugabilidad para todos
Había muchas ganas de ver lo que la experta Arc Works Systems era capaz de hacer con la licencia de 'Dragon Ball'. Esta compañía es experta en juegos de lucha en dos dimensiones, como las sagas 'Guilty Gear' o 'BlazBlue', y por ello había mucha expectación respecto a cómo iban a encauzar este proyecto. El resultado es bueno, especialmente si tenemos en cuenta que sale para una consola poco trabajada en el género de la lucha como es Nintendo 3DS, pero sin duda los fans tanto de la franquicia como de la desarrolladora esperaban más de este proyecto.
Hay un sello de calidad básica de Arc Works Systems que se cumple en la mayoría de los apartados, y sigue siendo un juego con todo el sabor de sus títulos más conocidos. Pero si sois de los que esperáis un juego para expertos, como nos tiene acostumbrados esta empresa, os vais a llevar una sorpresa. El control de este juego es extremadamente simple, hasta el punto de que básicamente tendremos que pulsar repetidamente los dos botones útiles para el juego: uno para golpes flojos y otro para golpes fuertes. Con la combinación de esos dos botones realizaremos todos los combos del juego, que no son demasiados.
Y poco más hay en cuanto a lo de jugabilidad se refiere: no hay transformaciones que nos den acceso a nuevas habilidades al acumular ciertos puntos de energía. Tampoco hay prácticamente combate desde la distancia mediante ondas vitales, sino que todo el juego se centra en el cuerpo a cuerpo y el intercambio de golpes. Se aleja de la fórmula de las tres dimensiones, pero tampoco acierta en su acercamiento al 2D.
En definitiva, es un juego que carece de profundidad absolutamente, y que está enfocado de forma descarada a los jugadores menos hábiles con el género de la lucha. Quizás de este modo se explican las ausencias de modos multijugador online de las que hablaremos más adelante: el título está más enfocado al fan-service, a gustar a los fans del manga y el anime, que no a los que esperan un buen juego de lucha. Muchos personajes pero pocas diferencias entre ellos a la hora de pelear, y muy pocas técnicas especiales que realizar.
Aspecto retro; fidelidad con el anime
El aspecto visual del juego es lo más destacado. Los personajes de la saga 'Dragon Ball' están retratados en este título con un aspecto idéntico al que recordamos de la serie, y con movimientos que también nos recuerdan. La calidad de dibujado de este título es sorprendente, por encima de lo que podíamos esperar.
Las decenas de personajes del título se ven y se mueven como en el anime, con un resultado espectacular que ya podíamos ver venir con las primeras imágenes en movimiento del juego. Cabe destacar, eso sí, que no todos los personajes que aparecen son controlables, sino que muchos de ellos simplemente nos ayudarán durante los combates. Concretamente, controlables hay unos 20, mientras que durante los combates podremos llegar a ver hasta 200. En cualquier caso, hay mucho mimo en su recreación.
Lo mismo sucede con el apartado sonoro. Hay mucho ruido durante los combates, y la mayoría de los efectos nos recordarán a la serie de 'Bola de Dragon'. Las melodías también encajan muy bien con el aspecto general del juego, a pesar de no haber mucha variedad de ellas, pero su ejecución es buena tanto en fidelidad como en el respeto al ambiente retro de toda la obra.
El juego recuerda en todo momento a los juegos clásicos tanto de 'Dragon Ball' como de otras licencias de lucha, y nos rememora a aquella época dorada de los 16 bits o los recreativos en el que el género estaba en su pleno apogeo. Desde el sonido hasta el apartado visual, todo suena retro pero es totalmente hipnótico. Es lo más cuidado del juego, no hay duda. Pero también es cierto que hemos visto obras recientes de Arc Works System que eran en dos dimensiones y a pesar de ello eran aún más espectaculares. Pero tratándose de un juego de Nintendo 3DS, el resultado es muy satisfactorio.
Una experiencia muy escasa
El principal problema de este juego, más allá de un control demasiado simple, es la escasez de modos de juego profundos y de cualquier atisbo de rejugabilidad o sistema que nos enganche. El modo principal del juego es una suerte de modo historia que sigue la trama por todos conocida desde seis puntos de vista como Gohan, Goku, Vegeta o Krilin. Tanto este como el modo Historia Z, que también repasa la historia de 'Dragon Ball Z', cuentan con cinemáticas fijas y poco atractivas que comentan los 10 combates que componen la historia, muy pocos. Además, la narrativa es extremadamente frenética, sin concretar en aspectos importantes y con algún elemento que provoca confusión. Es difícil seguirla a no ser que la tengamos muy fresca en nuestra mente.
Pero la carencia más doliente es la ausencia del modo multijugador online. No podremos realizar combates a través de internet, algo que es casi obligatorio en cualquier juego de lucha moderno. Esta falta acorta y mucho la vida útil del juego, aunque también es cierto que parece estar más pensado para fans del anime que para fans de la lucha, y este público objetivo poco piensa en la competir con otros. La nota positiva en cuanto a los modos de juego es el Modo Aventura, donde viajaremos entre ocho zonas reconocibles de 'Dragon Ball' realizando combates cada vez más difíciles para desbloquear objetos y personajes. Es el modo en el que nos pasaremos más rato, y el que más nos motiva a volver al título.
El esperado 'Dragon Ball Extreme Butoden' finalmente ha acabado en decepción, pero en este caso nos deja un sabor más agridulce que en otros casos. Porque sabemos que la desarrolladora lo puede hacer mejor, y porque el aspecto gráfico y sonoro nos ha hecho soñar con un producto que podría haber marcado un antes y un después para la saga. En el año en que 'Dragon Ball Xenoverse' nos dejó buenas sensaciones en las tres dimensiones, este título de Nintendo 3DS directamente nos ha roto el corazón. Y es que con un control más trabajado, multijugador online y un modo historia más profundo, estaríamos hablando de un juego obligatorio para todo fan del género. Quizás para una futura entrega, entonces.
NOTA: 6,5