YA DISPONIBLE EN PS4, XBOX ONE Y PC
The Division 2 supone un salto para la franquicia en términos de equilibrio y variedad, pero también un avance para el resto de looter shooters del mercado por factores tan importantes como el la adquisición de nuevo equipo, actividades por doquier, diferentes modalidades cooperativas y competitivas además de por supuesto la progresión de nuestro personaje.
En los denominados looter shooters uno de los factores clave para mantenernos pegados a la pantalla es la evolución del personaje. Ésta debe de darnos acceso a equipamiento cada vez más poderoso, adquisición de habilidades que nos permita crear diferentes builds y llegar al endgame lo suficientemente armados para superar los desafíos más complicados.
The Division 2 cumple en todos y cada uno de estos aspectos, pero incluso pone el listón muy alto de cara a los próximos juegos del género y a los ya disponibles. A medida que progresamos en misiones adquirimos Tecnología SHD que podremos emplear desde en mejorar habilidades pasivas tales como un mayor número de kits de armaduras, ciertos complementos para las armas, etcétera. A su vez, estos puntos de habilidad, repartidos por el mapa y que nos incitan a la exploración de la ciudad, también pueden usarse para comprar todo tipo de dispositivos que nos facilitarán la vida en los enfrentamientos.
Desde drones, pasando por “avispas de acero” que distraigan a los enemigos. Las opciones a adquirir son variadas y todas ellas reportarán beneficios en forma de una mejor efectividad en los tiroteos, ofrecer armadura a los aliados o incluso devolver a la vida a los compañeros caídos en combate.
La sensación de progresión es constante y en ningún momento decrece. Recorrer Washington DC se convierte en un paseo plagado de acción en el que constantemente sientes que tu personaje evoluciona. Y no hablamos sólo de las misiones principales , sino de los eventos aleatorios que suceden en la urbe o los puestos a liberar, todo ello introducido de manera natural y sin calzador.
Uno de los aspectos que menos terminó de agradar a los fans de la primera entrega de la marca era la sensación que transmitían las armas. A pesar de que podíamos decir que había cierta variedad, el comportamiento de las mismas era similar. The Division 2 ahonda mucho más en lo que a número de armas se refiere, pero además le da una personalidad propia.
Cada una de ellas se sentirá diferente al resto, pudiendo ahora sí formar una build en base a nuestros gustos y sensaciones con el arma y no tanto por su efectividad. Uno de los aspectos que también ha ganado peso en la segunda entrega es el disponer de complementos en forma de habilidad: miras, asas, cargadores, etcetéra. Desbloqueando las skills adecuadas podremos personalizar, al menos un mínimo, ese rifle que tanto nos gustan, siempre por supuesto acompañado de las consiguientes ventajas/desventajas que otorgan estos complementos.
The Division nos transportaba a una Manhattan cubierta por la nieve. La secuela nos lleva hasta Washington DC, siete meses después de los acontecimientos acaecidos en Nueva York, pero a excepción de que la naturaleza se ha abierto paso entre las calles de la capital.
Este cambio deja un mapa mucho más variado en escenas, con clima dinámico y en el que la niebla, lluvia, sol radiante o la más oscura de las noches hacen acto de presencia. Atrás quedaron las luminosas calles en plena Navidad, Washington se levanta como una gran ciudad que por momentos nos recuerda a lo visto en títulos como The Last of Us y en la que no falta fauna salvaje y todo tipo de elementos que recuerdan a lo que en su día fue una urbe atestada de tráfico y habitantes.
The Division 2 saca pecho a nivel gráfico. No es para menos dado el buen trabajo que ha logrado Massive Entertainment una vez más con su motor gráfico SnowDrop. La ciudad nos dejará literalmente boquiabiertos a medida que progresamos por la misma, ya sea durante los trayectos entre misión y misión o bien durante los tiroteos con situaciones climatológicas concretas.
Pero sin duda la palma a nivel artístico se lo llevan las misiones, tanto secundarias como principales. Observatorios, teatros, laboratorios o grandes bibliotecas son sólo parte de los escenarios que podréis visitar y que cuentan con un nivel de detalle de auténtico órdago. Además de una gran variedad de elementos repartidos por el mapa que vuelven a incidir en ese factor de realismo y viveza, la luz juega un papel crucial en estos niveles, siendo francamente espectacular vivir tiroteos en un parking de un hospital con apenas unas pocas luces alumbrando y siendo los fogonazos de las armas casi quien nos guíe.
Si pensáis acceder a The Division 2 como un título con una gran historia que contar y que prometa dejaros huella, tal vez deberías reconsiderar la propuesta. The Division 2 no engaña a nadie y como tal, Ubisoft nos ofrece el que posiblemente sea el mejor looter shooter hasta la fecha, al menos en su lanzamiento.
La historia está ahí, y podrá interesar a unos más y a otros menos, pero como buen título de este género el cimiento de The Division 2 no es otro que subir al nivel máximo, equipándonos durante el trayecto de la mejor manera posible, para tener acceso así a los desafíos de mayor nivel y lograr, por ende, las armas y armaduras más potentes del juego.
Ya sea en su variante PvE o PvP, The Division 2 no sorprende en absolutamente, todo está inventando en el género de los looter shooter; pero por el contrario en esta categoría sigue que sabe hacer las cosas bien, alterando elementos de aquí y allá para que el juego nos mantenga constantemente pegados a la pantalla.
Lo mejor:
Lo peor:
NOTA: 9