INESPERADO FINAL

Acusan a Activision de plagio y el juez regaña al abogado por no jugar a ‘Call of Duty: Infinite Warfare’

El abogado aseguraba a la compañía que el juicio estaba ganado; sin embargo, no esperaba que la historia acabase volviéndose en su contra.

JuicioPixabay

A la hora de crear un videojuego, pueden suceder todo tipo de cosas elegidas por el destino. Un título puede convertirse en todo un fracaso por un simple error o no conseguir atraer suficiente a la comunidad de jugadores, como también se puede convertir en un gran éxito. Esto último, si bien puede ser muy positivo, también puede traer consigo todo tipo de problemas, incluyendo plagios o incluso denuncias que, en ocasiones, no tienen siquiera una base en la que sostenerse.

Este ha sido uno de los casos más extraños a los que se ha tenido que enfrentar Activision recientemente y que apuntaba a un título con unos años ya a su espalda. Hablamos de ‘Call of Duty: Infinite Warfare’, obra que fue señalada por la compañía Brooks Entertainment por plagio debido a uno de sus personajes. Al menos, esa era la idea inicial, a pesar de que la situación se volvió completamente en contra de la forma más inesperada.

Una demanda que acabó con una víctima inesperada

La compañía Brooks Entertainment, dedicada al sector del entretenimiento, su personaje Shon Brooks había sido “plagiado” y convertido por Activision en el Sargento Sean Brooks dentro del mundo de ‘Call of Duty: Infinite Warfare’. ¿En qué basaban esta acusación? Indicaban que esto se podía notar en el hecho de que ambos personajes eran militares, contaban con el papel de protagonista, disponían de munición ilimitada, viajaban hacia otro planeta e incluso tenían escenas narrativas enfocadas en conflictos bélicos.

Call of Duty: Infinite Warfare | Defconplay

Esta serie de puntos expuestos resultaban de lo más extraños para todos los testigos de esta acusación. Sin embargo, para el abogado de Brooks Entertainment parecían motivos suficientes para animar a la compañía a llevar a cabo la denuncia. Un acto que simplemente ha costado dinero y tiempo a la compañía, sobre todo tras conocerse su curioso desenlace.

A medida que el abogado de la compañía mostraba las pruebas, el abogado de Activision demostraba que ninguna de las acusaciones coincidía con lo que el FPS mostraba. Esto llevó a una sesión de revisión de pruebas de una hora y media que finalizó con el juez dando la razón a Activision y desestimando la demanda. No solo eso, sino que incluso se produjo una regañina hacia el abogado de Brooks Entertainment, a quien el juez indicó que toda esa situación se hubiese evitado del abogado haberse molestado en jugar al menos una hora a la obra a la que acusaba de plagio.

Además de regañar al abogado por el error, el juez condenó a este a reembolsar a Activision los honorarios y costes razonables de los abogados que participaron en el juicio. Una forma clara de determinar que el abogado, de haberse tomado unos minutos para poder investigar un poco más el juego, hubiese evitado esa situación tensa para la compañía así como la pérdida de tiempo.

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