COMPARTE SU EXPERIENCIA
El popular streamer pasó un proceso de depresión y ansiedad sin compartirlo con sus seres queridos por vergüenza.
En el último podcast del canal Wild Project, el streamer gallego El Xokas ha sido el invitado, hablando largo y tendido con Jordi Wild sobre su día a día retransmitiendo, sus polémicas, los impuestos que se pagan en España o algunos temas más desconocidos, como un proceso de depresión que pasó hace algunos años.
El creador de contenido ha denunciado que no se aplique mejor el dinero que se destina a la educación en enseñar a los jóvenes a gestionar problemas que se van a encontrar en el día a día, como “no tener traumas, no tener estigmas, no tener problemas mentales. Si son muy difíciles de canalizar de mayor, imagínate de joven” y que si su depresión la hubiera tenido “con 16” no sabe qué hubiera sido de él.
El Xokas aclara que su depresión apareció en la época universitaria, tras años de excesos, fiestas y mala vida que pudo dejar atrás para centrarse en los estudios, pero tras lo que se le “apagaron los plomos”. Fue entonces, comenta, cuando de repente le dio un ataque de ansiedad y comenzó su depresión, por lo que comenzó a ir a la psicóloga semanalmente durante ocho meses.
El popular streamer le ha confesado a Jordi Wild que su caso de depresión le llevó a dejar de ver la felicidad en lo que antes le hacía feliz y que tardó muchos meses en empezar a superarlo. El Xokas afirma que la luz al final del túnel llegó cuando “me levanté una día de la semana y no pensé en el mal; eso fue un comienzo, tuve un momento de lucidez en ocho meses”. “Hubo pequeñas recaídas pero ya no bajas tanto, cada vez estás mejor”, afirma.
El Xokas cuenta que comenzó un proceso de depresión y ansiedad tras conseguir superar una época de excesos, mucha fiesta y mala vida.
El Xokas asegura que “hablar con un psicólogo ayuda”, pero que como no quería hablar de depresión con sus padres, les contó solo “que quería ir al psicólogo porque necesitaba hablar con alguien”. Desvela que lo pasó totalmente solo y que “por vergüenza” ni siquiera se lo contó a sus amigos. Sus padres no supieron de su depresión “hasta los dos años o así, cuando ya había aprendido a vivir con ello”, pero que su madre “ya lo intuía” cuando todo estaba ocurriendo, pero que “sabía que no tenía que meter el dedo en la llaga”.
El creador comenta que en ese momento no quería que nadie lo supiera “porque tienes 20 años y tienes un ego tan desmedido, que “no quieres que nadie lo sepa”, en ese momento yo era el rey del mambo”. Tras un duro bache, ahora mira a la depresión desde la distancia: “es bonito ahora que lo ves de lejos, porque sé que lo tengo agarrado por el cuello y no va a volver, porque lo tengo controlado”.