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¿Aceptas el reto?
Usuarios que quieren un reto que vaya más allá de superar nivel a nivel, sino también que sea capaz de convertirlos en mejores jugadores, ya sea en habilidad o como en el caso de la saga Dark Souls controlar sentimientos como la frustración. Hoy vamos a repasar algunos de los juegos más complicados que han pasado jamás por el sector.
Empezamos nuestro top con F-ZERO GX, un título de conducción arcade, sí, pero ¿quién dice que el género no es capaz de ofrecer también una dificultad a la altura? La precisión quirúrjica que necesitaremos para superar a los rivales evitando choques, girar en las curvas y mantener a salvo nuestra nave mientras recorremos a toda velocidad el mapa disparará nuestra adrenalina, necesitando de nervios de acero para acabar en las posiciones más altas.
Megaman es todo un icono de los videojuegos. El héroe equipado con su clásica armadura azul nos ha demostrado a lo largo de los años que si la dificultad es el santo y seña de la franquicia, ¿por qué debería cambiarse? Con una perspectiva en 2D, saltos complicados y altas dosis de acción, Megaman es una de esas sagas que todo aficionado al reto debería de probar sí o sí.
Rare... menudas joyas nos ha dejado el estudio ahora en manos de Microsoft. Banjo Kazooie, Perfect, Goldeneye son sólo algunos de sus proyectos. Antes de dar el salto a la añorada Nintendo 64, Rare sorprendió a propios y extraños con Battletoads. Un título desenfadado, macarra y en el que interpretábamos a sapos un tanto peculiares. Su estilo 2D, único para la época, además de una dificultad endiablada alzaron lo alzaron al instante entre uno de los juegos más complicados de la historia.
Los estudios japoneses también han tenido su aportación a la hora de crear títulos desafiantes. Uno de ellos se ha hecho un nombre en dicha categoría, hablamos de Ninja Gaiden. Evolucionando en jugabilidad con el paso de los años, el título de Team Ninja se ha granjeado el premio por parte de los jugadores a ser uno de las aveturas que más saquen de quicio a aquellos que decidan meterse de lleno en la espiral de demonios, ninjas, combos y mucha sangre. Avisados quedáis.
Antes de Bloodborne, antes de Dark Souls; Hidetaka Miyazaki no tuvo la libertad creativa que le gustaría por lo que Demons Souls fue el germen original de dos de las franquicias más aclamadas de la actual generación. Publicado en exclusiva para PlayStation 3, el título fue un auténtico mazazo para aquellos que pensaban que la difucultad y reto en los videojuegos era cosa del pasado. Sin mapa, con enemigos que no daban respiro y nos mandaban morder el polvo en cuestión de un par de golpes; Demon Souls merece su lugar en la lista por ser la primera piedra de una larga lista de títulos que vinieron a posteriori, tomando el juego de Miyazaki como ejemplo.
Entra en el último peldaño hacia el rey de la lista un estudio japones, esta vez uno muy conocido, nada más y nada menos que Nintendo. Con Super Mario Bros: The Lost Levels fue tal el nivel de dificultad que, para que os hagáis una idea, la compañía tuvo que rebajar el reto y renombrar el título en EEUU por Super Mario Bros 2. Los japoneses fueron pues los únicos que disfrutaron de semejante reto, ¿quién le iba a decir a Nintendo que sería de las compañías que ofrecerían un título que engrosará la lista de títulos más difíciles?
Llegamos al gran vencedor, ese título que será capaz de hacerte pasar noches en vela intentando encontrar la manera de superar el siguiente nivel o zona en la que te has quedado atascada. Un juego que te dejará a las puertas de estrellar el mando contra el suelo de la impotencia. No os dejéis engañar por el aspecto de SuperMeatBoy. Sus colores, el simpático personaje protagonista son sólo una cortina de humo para encerrar detrás una auténtica pesadilla en la que cada error se paga, cada salto supone unos segundos más de mantenernos con vida, pero ¿y si el tiempo también jugara en nuestra contra? Alcanzar paredes en vertical o saltar a escasos milímetros de sierras en costante movimiento serán algunas de las pruebas a las que os tendréis que enfrentar con el fin de rescatar a la chica de turno.