TEMA MUY POLÉMICO
En Neox Games uno de los temas más relevantes en los últimos días han sido las microtransacciones. Juegos como Star Wars: Battlefront 2 han dado pie a que el sistema llegue a gobiernos como el de Hawaii o Bruselas. Para aquellos que lo desconozcan, las microtransacciones son las inversiones con dinero real que podemos hacer en un juego para obtener ciertos beneficios en él. Ahora, un chico ha hablado sobre el daño que podría ocasionar el uso de las cajas de looteo en la industria.
El caso de Kengslod está dando la vuelta al mundo. En una carta abierta escrita en Reddit, este usuario habla sin tapujos de su adicción al juego, más concretamente los micropagos. El joven de tan sólo 19 años advierte del gran peligro que éstos generan, invirtiendo la friolera de más de 10.000 dólares en microtransacciones en juegos para móviles.
“Tengo 19 años y soy adicto al juego”. Así de rotundo es el mensaje de Kengslod, quien ha evitado desvelar su nombre real. Tal y como indica a través del post, su intención no es otra que alertar que las transacciones que se hacen en el móvil, consola u ordenador no son tan inocentes como piensan. Es un camino que sólo va cuesta abajo. No hago esto por criticar a EA”; explica.
“Todo comenzó cuando tenía 13 años y gasté alrededor de 30 dólares en un juego para navegadores en el que podía mejorar mi ciudad más rápido. No tenía ingresos por aquel entonces”; cuenta el joven. Fue a partir de 2015 cuando el chico relata que la adiccón por las transacciones se disparó.
En verano de ese mismo año gastó la friolera de 800 dólares, llegando a finales de 2015 con más de 4.000 dólares invertidos en microtransacciones para juegos como Clash of Kings o The Hobbit: Kingdoms of Middle-Earth. Todas estas microtransacciones con un mismo fin: mejorar de forma más rápida la experiencia de juego en forma de recursos, ejércitos, etcétera.
En palabras de Kengslod, “nunca te parece una buena decisión cuando gastas cientos de dólares. En aquel entonces pensaba, ¿en qué puedo gastarlo?”. La familia, consciente de la situación decidió tomar cartas en el asunto eliminando la posibilidad de que el joven recurriera a internet. “Llegué a tener un segundo trabajo para poder costearme la conexión a internet en el móvil y pagar más microtransacciones”.
Actualmente y gracias a terapias ha conseguido desengancharse de la adicción a las microtransacciones, Kengslod asegura que se siente muy afortunado. “Muchos otros no lo han conseguido. No terminan el instituto, roban la tarjeta de crédito a sus padres, haciendo un daño brutal al bienestar de la familia. Por favor, tomaros un momento para reflexionar sobre mi historia. Estáis haciendo un juego de Star Wars, habrá niños jugándolo, no quiero que nadie más pasé por lo que yo viví”.