CASO CERRADO
2014. El mundo de las redes sociales y los videojuegos miraban hacia un nombre en concreto: Slenderman. La leyenda nacida en foros, o que algunos tildan de real, era la protagonista en internet. Una historia en la que para aquellos que no la conozcan, tenía como protagonista a un hombre alto, sin cara y cuya misión no era otra que llevarse a niños y adolescentes a los profundos bosques.
Slenderman se convirtió de la noche a la mañana en un auténtico fenómeno viral. En poco tiempo ya teníamos disponibles para PC y consolas varios juegos con su nombre y en los que debíamos de huir de este horripilante ser. Los videojuegos unidos por supuesto al boca a boca de los propios usuarios que a través de foros hacían crecer la leyenda, desencadenaron una auténtica fiebre por Slenderman.
Desgraciadamente, ese mismo año ocurrió en Estados Unidos , más concretamente en Wisconsin, un acontecimiento que dejó estupefacta a la comunidad del país y fuera de éste. Anissa Weier y Morgan Geyser de 12 años intentaron acabar con la vida de una compañera de clase, Payton Leutner, con el fin de ganarse el beneplácito de Slenderman. La joven Leutner salvó su vida a pesar de la gravedad de las heridas.
El acontecimiento traspasó fronteras, inspirando incluso documentales que con el mismo nombre de la leyenda urbana, ahondan en el caso, el nacimiento del personaje además de contar con entrevistas a familiares y conocidos de las implicadas en el caso.
Tanto Anissa como Morgan cuentan en la actualidad con 15 años de edad, pudiendo ser juzgadas como adultas. En el caso de Morgan se ha declarado un principio de esquizofrenia, postergando su juicio hasta octubre. No ocurre así como Anissa y principal autora del apuñalamiento a Payton.
La propia Anissa se ha confesado culpable, pero quedando en el aire la sentencia. No será hasta septiembre cuando la vista decidirá qué ocurrirá con la joven. Por una parte se especula con la posibilidad de que Anissa fuese plenamente consciente de sus actos, por lo que caerían sobre ella un total de 10 años en prisión. De no ser así, y diagnosticarle un principio de enfermedad mental, deberá pasar 3 años en un hospital psiquiátrico.