Skylanders: Swap Force

Cuando se presentó Skylanders en sociedad, todo apuntaba a que nos encontrábamos ante una de esas ideas, aparentemente buenas, que podía acabar en un desastre completo. El tiempo, por supuesto, puso a la idea en su sitio: el del caso de éxito comercial. Y se convirtió en un auténtico fenómeno a imitar por todo el sector de los videojuegos.

El título, que tenía como reclamo a Spyro el dragón, cogió carrerilla por su cuenta y creció, con una entrega más y, ahora, muestra en sociedad su tercera y genial vuelta de tuerca.

Como todos sabréis, porque es difícil ignorar hoy en día la fuerza con la que los muñecos Skylanders han invadido centros comerciales y comercios varios en los que videojuegos tienen presencia, nos encontramos con un juego que mezcla dos conceptos básicos: el de los videjuegos y el de los juguetes. Para ser más exactos, lo que mezcla es, más bien, el mundo del coleccionismo, con el de los videojuegos. Para conseguir hacer absolutamente todo lo que se esconde bajo un Skylanders, necesitamos conseguir todos los muñecos, que se venden por separado en las tiendas. El juego dispone de una plataforma, con forma de portal interdimensional, que deberemos conectar a la videoconsola. Una vez lo hagamos, podremos cambiar el personaje con el que jugamos. Y, para hacerlo, sólo habrá que poner uno de nuestros muñecos en el portal. Los hay de diferentes tipos y, según el tipo de muñeco, podremos acceder a distintos lugares, porque variarán sus habilidades.

La evolución de esa idea llegó hace menos de un año con Giants, que introducía muñecos más grandes y que disponían de luces que se encendían cuando colocabas el muñeco en la base. Ahora, con Swap Force, introducimos el factor de la construcción de personajes.

Los nuevos muñecos disponen de una nueva habilidad: la de desmontarse. De esta forma, podremos realizar nuestras propias versiones de los Skylanders, mezclando cuerpos y formas de los otros muñecos que tengamos. Así, podremos tener personajes con diferentes habilidades, que no estén tan limitados por su clase como los de las anteriores entregas. Aparte, el juego introduce el factor  “trepar” con algunos de los personajes, lo que crea un nuevo tipo de acceso que sólo podrás descubrir cuando tengas el juguete adecuado.

Una nueva forma de explotar un concepto al que, visto lo que se avecina con un Pokémon Rumble y un Disney Infinity que han decidido probar suerte en la mezcla de juguetes y videojuegos, parece estar muy lejos de haber encontrado el punto en el que las buenas ideas se agotan.