DE FORMA OFICIAL
A través de múltiples estudios hemos podido comprobar los efectos positivos de los videojuegos en multitud de personas, siendo estos capaces de mejorar ciertas zonas del cerebro humano si se juega un tiempo determinado a cada día. Sin embargo, todo en exceso acaba siendo negativo, incluso jugar a videojuegos también.
Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado que el vicio o adicción a los videojuegos es una patología que debe ser incluida entre todas las posibles enfermedades de su listado internacional. De esta forma, la patología "transtorno de los videojuegos" pasará a ser reconocido como un nuevo tipo de enfermedad nada más comience este próximo año, 2018.
Para que un jugador sea diagnosticado con esta enfermedad, debe presentar un comportamiento compulsivo de jugar que se produzca durante al menos un año, y por el cual el jugador esté dejando de dar prioridad a aquellos aspectos importantes de la vida, como es comer, estudiar, trabajar o dormir.
Pese a que descrito así, el problema no parece que esté demasiado presente en nuestra sociedad, lo cierto es que el porcentaje de personas con transtorno de los videojuegos ronda entre el 0,2% y el 20% de personas en nuestro país. En este sentido, la horquilla porcentual es un tanto grande de más, por lo que conviene revisar hasta qué punto hay en realidad tantos jugadores "viciados".
Por supuesto, este problema no debe preocupar ni mucho menos a aquellas personas que, aún con tiempo limitado, son capaces de hacer todas sus obligaciones diarias y aún así acaban de gozando de algo de tiempo libre a cada semana para jugar.