Sangre y excesos

Como siempre, con poco ruído y mucha sangre, llega una nueva entrega de Serious Sam. Este título, que toma como base los mayores excesos que puedes cometer en un shooter en primera persona, nos demuestra que todavía tienen cabida los juegos descerebrados y que no pierden en tontadas como argumento o coherencia, que tan frecuentemente nos atacaban en los años 90. Pues eso, recibamos a Sam con los brazos abiertos. Aunque, es más que probable que en el encuentro, acabemos perdidos de sangre.