Rise of the Tomb Raider

Si venías siguiendo las diferentes demos que se han presentado de Rise of the Tomb Raider desde que fue presentado en sociedad hace unos meses, podías tener una imagen algo continuísta respecto a la anterior aventura del icónico personaje de los videojuegos.

Aquel Tomb raider fue considerado un importante resurgir del mito. Pero, para muchos, también fue una especie de renuncia a los orígenes. Parecía que Lara ya se dedicaba más a disparar que a encontrar tumbas, dejando este aspecto para poco más que misiones secundarias.

Sin embargo, lo cierto es que su papel de aventurera va a resucitar y lo va a hacer de lo lindo con una nueva aventura capaz de hacernos volver a sentir algo parecido a lo que vivimos en la primera entrega. Obviamente, con algunas actualizaciones que hacen que la experiencia se vea algo más moderna.

Si nos remitimos a lo que se ha visto en la conferencia de Xbox de la Gamescom, Rise of the Tomb Raider sigue siendo un juego de acción, con disparos y con momentos de sigilo. Para contrastar y cambiar un poco ese punto de vista, se nos presentó al acabar la conferencia una demo del juego en el que se veía el otro lado.

La acción nos traslada al norte de Siria, en el que tendremos que movernos entre los ataques de un enfrentamiento armado que bien podría reflejar la situación real del país. Sin embargo, nuestra misión como aventureros no es acompañar a Lara en un asunto de política exterior. Nosotros tendremos que acompañarla a cumplir una de las últimas voluntades del padre de la arqueóloga, viajando al país para encontrar unas ruinas de una antigua civilización.

Todo lo que se veía en la demo demostraba una forma de jugar que mezclaba el concepto antiguo del puzle y la investigación, con todo tipo de trampas, con el nuevo punto de vista montaña rusa que tanto prima en las aventuras de videoconsola actuales.

El juego nos llevará a correr por ruinas que se caen, a huir de estancias que se llenan de agua, a saltar mucho y muy lejos y a movernos por riscos en los que apenas caben nuestros pies.

Todo, claro está, con un estilo cinematográfico muy cuidado y con, una vez más, una Lara Croft que sufre a mares por los intrincados pasillos del templo perdidos.

El nivel gráfico del estado actual del juego se ve muy pulido. Pese a que se han podido apreciar algunos fallos de texturas en algunos planos (curiosamente se veían per algunos generales que planos más cercanos), el juego ya muestra un acabado muy potente.

Todo parece apuntar a que lo que Square Enix va a lanzar va a suponer un nuevo golpe en la mesa que deja bien claro que, con permiso a Indiana Jones, Lara es la arqueóloga de este lado del mundo del ocio. Y que luego no vengan a molestarla otros aprendices.