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Análisis
Como cada año, no hay otoño sin caída de hojas o cambio de hora, ni FIFA sin Pro Evolution Soccer. Y, por supuesto, como cada año, comienza la discusión sobre cuál tiene más virtudes. Aunque, todo hay que decirlo, cada nueva edición nos llega con más teología que ciencia. O sea, que mientras que los defensores de FIFA se agarran a datos, los de PES a sus recuerdos de una época en la que los juegos de fútbol de Konami eran visiblemente mejores.
Con esto, por supuesto, no pretendemos ofender a los seguidores de PES. Simplemente, se hace evidente que, en los últimos años, el nivel de perfeccionamiento de FIFA es más notable que el de la serie de Konami. Aunque, también es justo decir que EA Sports partía de una versión que poco o nada tenía que hacer frente a las correspondientes versiones de PES. Vamos, que si se nota más los avances de FIFA es porque tenía más terreno por el que avanzar, porque estaba demasiado atrasado frente a su homólogo japonés.
Pero, fuera de comparaciones y piques entre los dos únicos juegos de fútbol que han sobrevivido y que sobrevivirán al paso del tiempo, nos seguimos encontrando con un juego de simulación sólida y que, pese a sus pequeñas y sutiles innovaciones, sigue resultando competitivo.
El juego muestra un acabado y unas posibilidades acorde a lo que se espera de esta serie
Al viejo estilo de EA Sports, Konami ha decidido poner a trabajar a los encargados de la comunidad de usuarios para recibir todas las sugerencias que estos realizaban y con las que podrían mejorar sustancialmente el juego. En este sentido se han incluido numerosas mejoras en el inteligencia Arficial de los jugadores y árbitros.
Para ello han aumentado considerablemente las rutinas a realizar por los jugadores en momentos concretos del partido. Una forma de recrear situaciones que comúnmente vemos en los estadios de fútbol. Los jugadores realizarán todo tipo de tácticas, carreras y movimientos especiales, diseñados activamente para que se ejecuten en el momento concreto en el que un jugador los utilizaría en un partido.
Al igual que FIFA, también se ha intentado mejorar la reacción de dos jugadores al sufrir un encuentro en un partido. En lugar de chocar y que se reproduzca una animación que emule lo que habría pasado en la realidad, se busca que la animación se cree en tiempo real, dependiendo de las características del robo o de la entrada de los jugadores.
El nuevo juego es, además, más accesible para los novatos en esto de los juegos de fútbol. Para ello se ha desarrollado un sistema de ayudas que hace que los nuevos puedan comprender de una forma sencilla y rápida cómo se saca el mayor partido al juego. Una opción que, por supuesto, los más veteranos podrán eliminar completamente, para no ver entorpecida su experiencia.
En general, el juego muestra un acabado y unas posibilidades acorde a lo que se espera de esta serie. Pro Evolution Soccer sigue siendo una gran franquicia de simuladores de fútbol. Como siempre, esto no quiere decir exclusivamente que el juego cuente con tantas licencias como su rival, para representar ligas a nivel mundial o, incluso, todos los jugadores y equipos. Tampoco dispone de un motor gráfico demasiado apurado, ni con los mejores aspectos visuales. De hecho, las animaciones faciales, pese a que denotan un trabajo intenso, siguen pareciendo burdas en muchos casos. Incluso hasta el punto de perder por completo las propiedades de tamaño.
Sin embargo, como decimos, la calidad del tejido de este producto, sumada a la rebaja de precio de salida al mercado (esta edición cuesta a salida casi 20 euros menos que la del año pasado en el mismo momento) hacen que el juego no pierda el interés de los fans. En un momento en el que la pugna es encarnizada, y en el que la rivalidad está llegando a ser casi insostenible, hace falta que las cosas se pongan duras para que se mantengan los dos contendientes o, tarde o temprano, tendrá que caer uno de ellos. En el caso del baloncesto, el que acabó cayendo fue el juego de EA Sports. ¿Qué sucedería en estos momentos si cayese un juego de fútbol? El tiempo lo dirá. Aunque, por nuestra parte, creemos que la pugna en este campo sólo nos beneficia a todos. Cuando EA estaba prácticamente sola en el negocio con sus primeros FIFA, no había riesgo, pero tampoco innovación. Hizo falta un gran PES para que se pusieran las pilas. Mientras exista el uno, el otro tendrá que dar todo de sí para estar a la altura. Y todos lo celebraremos.