Las consolas retro mini que los jugadores piden a gritos (y que necesitamos en la estantería)
Análisis
Existen muchos juegos en los que las 3D no parecen realmente necesarias. En otros, no sabemos si lo son o no, pero quedan realmente bien. Y este es, precisamente, el caso de PES 2011 3D. Esta nueva edición del juego de fútbol de Konami consigue muchas cosas. Pero, entre todas ellas hay una que destaca: es imposible verlo por primera vez y no abrir la boca de para en par. Y es que, el nivel de profundidad de sus gráficos, tal vez ocasionado por las distancias de fondo que abarca un campo de fútbol no se consiguen con títulos de otro género. Tan sólo Pilotwings consigue un efecto similar, con tanto fondo sin interrupciones. Pero, desde luego, el efecto de ver un campo de fútbol como todo su fondo es algo con lo que Street Fighter, de momento, no puedo tan siquiera soñar.
Es imposible verlo por primera vez y no abrir la boca de para en par
Por supuesto, si nos centramos en los gráficos, encontramos muchos más pros y contras, tanto en el aspecto tridimensional, como fuera de él. Vemos que para aprovechar esa profundidad de campo tenemos que ver el partido en cámaras que, habitualmente no resultan cómodas para un juego de fútbol, como las que se sitúan a la altura de los jugadores. Pero, por otro lado, también nos encontramos con un nivel gráfico bastante elevado para tratarse de un juego de consola portátil.
Realmente, si hiciésemos un análisis en profundidad de este videojuego, podríamos valorar que se trata de una versión lite, pero realmente bien acabada, de las versiones para consolas de sobremesa. Encontramos muchas de las posibilidades que esperamos ver en un juego de fútbol: partidos rápidos, creación de ligas, gestión de club, partidas multijugador por interconexión de consolas… Tenemos prácticamente la misma jugabilidad que queremos en las versiones mayores. Y decimos prácticamente, porque la falta del stick derecho sigue notándose a la hora de movernos por el campo y, sobre todo, a la hora de hacer las filigranas que estos juegos traen escondidas en su interior.
Nos encontramos con un nivel gráfico bastante elevado para tratarse de un juego de consola portáti
Sin embargo, no es del todo justo comparar una versión de Nintendo 3DS, por muy potente que esta sea, con una versión de Playstation 3. Lo justo sería compararlo con una de PSP o con las anteriores de Nintendo DS que, lamentablemente, nunca estuvieron a la altura. Si medimos este juego con los títulos a los que realmente sustituye nos topamos con un auténtico fuera de serie. Incluso, si cometemos el error de pensar que esta versión está completamente a la altura de las “mayores”, nos llegaremos a encontrar más de una sorpresa.
Por lo tanto, es casi motivo de celebración, pese a sus fallos y asperezas, pendientes de pulimentar para futuras entregas, que empresas como Konami se tomen en serio la aparición de esta nueva consola. Sobre todo, aprovechando todo el trabajo que conlleva hacer un juego de estas características para una consola de sobremesa. Encontramos la captura de movimientos, encontramos las locuciones en castellano para la retransmisión de los partidos.
Por todo lo cual, sabremos soportar la ausencia de ciertos aspectos de jugabilidad o de opciones de configuración avanzadas. Lo soportaremos todo porque nos encanta sentirnos, con una consola portátil en la mano, como si estuviésemos probando un juego en nuestro flamante televisor. Y es que, como decíamos al principio, ver ese estadio gigantesco, con toda su profundidad, en la palma de nuestra mano es una sensación muy fuerte.