L.A. Noire

Muchas son las cosas que sorprenden cuando tienes delante el esperadísimo nuevo trabajo de Rockstar, creadores de los magistrales GTA III, GTA IV y Red Dead Redemption. Para empezar, en L.A. Noire soprende el intento de ganar enteros en lo que a madurez se refiere. Es como si no hubiesen tenido suficiente con la creación del personaje más conmovedor de la historia, con el grisáceo y poético John Marston. También sorprende que tengan ganas de romper moldes, de innovar, de seguir reinventándose, no a si mismos, sino a todos los videojuegos. Pero, sobre todo, sorprende que un juego como L.A. Noire pretenda contar una historia. Y no de las malas. Algo que, sin temor a represalias, pocos o ningún videojuego ha conseguido hoy en día.

El secreto de este juego "Noire", con reminiscencias al Chinatown de Polanski o al L.A. confidential de Curtis Hanson, por no hablar de películas como el Sueño Eterno o El Halcón Maltés, es hacer las cosas al revés. O sea, hacerlas bien.

Este juego, ubicado en la ciudad de Los Angeles del año 1947 nos mete en reproducciones de casos reales debidamente ficcionados que ocurrieron en aquella época y aquel lugar.

Rockstar ha dado con un nuevo mejor juego de la historia, como ya hizo con Red Dead Redemption.

Para contar la historia de policías que resuelven casos, con salpiconazos de corrupción, crimen y pasiones hollywoodienses, nos encontramos un estilo completamente diferente de narrar. Por fin, el peso del desarrollo del juego está al servicio del argumento. Y el argumento, de la interpretación, de los sentimientos que los personajes pueda mostrar en pantallas. Sí, por supuesto, en este juego de policías podremos interrogar a víctimas. Podremos ver cómo responden a nuestras preguntas, si se ponen nerviosos, si sufren, si sienten y si padecen. También encontraremos algo de acción. Pegaremos nuestros tiros a todos esos malos, pero siempre en momentos arropados por el argumento. Siempre que venga a cuento. Para que se vea la diferencia, en L.A. Noire la acción depende del argumento, y no como sucede en cualquier otro juego, como Gears of War, donde el argumento cuelga exclusivamente de la acción. ¿Qué queremos decir con esto? Que mientras que en L.A. Noire sólo hay hueco para la acción si en el argumento sucede algo que requiera el uso de la pistola, en otros juegos, como todos los demás, sólo hay argumento cuando los tiros nos dan un descanso para que estiremos los pulgares.

L.A Noire, por si fuese poco, muestra los que posiblemente sean los mejores gráficos de esta generación. Sobre todo en lo que capturas faciales se refiere. La increíble variedad de gestos, de expresiones y movimientos de las caras hacen posible que cualquier otro título queden en evidencia a su lado. Y todo acompañado de un despliegue de medios en lo que a la representación de la ciudad de Los Angeles se refiere, que hace que la Roma de Assassin’s Creed parezca una mala maqueta hecha con cartones de huevos y cajas de zapatos pintadas a mano.

Pot todo ello, L.A. Noire se presenta como la mejor opción, la gran esperanza para el próximo año. Un título indicado para los amantes del cine, de los videojuegos, de la innovación, del misterio, de las series de televisión (salen actores de series como Mad Men o Fringe), de los dramas, de la historia del siglo pasado, de la moda de los 50, del jazz, de Jerry Goldsmith y de todo lo bueno que había en el mundo antes de que irrumpieran los Beatles para fastidiarlo todo.

Ahora, sabemos que el mundo es cruel. El juego, de momento, está fechado para primavera de 2011. Conociendo el nivel de perfección de Rockstar, y su gusto por retrasar el producto hasta que esten lo debidamente satisfechos, es más que probable que no lo veamos hasta las navidades. Por supuesto, esto es una especulación y, esperemos, que al viejo estilo de Michael Patcher, quede en completo saco roto.