Cuando todo el mundo pensaba que los juegos de plataformas en 2D eran lo más, id Softeware decidió explorar el conpceto de tridimensionalidad. Y, además, hacerlo con gracia. De sus mentes y sus capacidades, casi sobrenaturales, salieron juegos como Wolfenstein 3D, Doom y Quake. De la noche a la mañana, y cumpliendo el sueño americano, estos chicos, con aspecto de nerds, se convirtieron en completos referentes para la industria del ocio. Y todo el mundo pasó a compiarlos, porque ellos sabían cómo se debían hacer las cosas. Hoy, estos chicos, están detrás de Rage, lo último en acción en primera persona. Esperemos que, una vez más, den un salto exponencial en calidad, como han hecho con cada una de sus grandes franquicias.