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TODO UN MISTERIO
A todos nos gustan las historias o leyendas urbanas vinculadas al misterio, especialmente aquellas que mencionan objetos o lugares malditos. Pero, ¿serías capaz de adentrarte en una de esas casas o tener en tu habitación uno de los muchos enseres que catalogan como encantados? A buen seguro no, siempre está el temor a que realmente la leyenda se cumpla. Otro cantar muy diferente es cuando se habla de videojuegos. Y es que aunque parezca mentira, los videojuegos también gozan de sus propias leyendas urbanas y por ende de videojuegos malditos.
Viajamos hasta Japón, más concretamente al año 2002. En una de las muchas subastas que se realizan en el mercado nipón relacionadas con videojuegos, Yamamoto Ryuichi compra el videojuego Killswitch. No le salió precisamente barato, todo lo contrario. El motivo de su precio en la subasta no era otro que la última copia disponible, o al menos que así se supiera.
Contento por su compra, Yamamoto tuvo una idea años después: registrar todo el progreso del mismo en YouTube. De esta manera compartiría con el resto de usuarios Killswitch, dando a conocer una de las auténticas rarezas dentro de la industria. Por desgracia sólo se quedó en eso, una idea. El único vídeo que Yamamoto subió a su canal no era precisamente un gameplay de Killswitch. En el vídeo puede verse al usuario llorando, completamente demacrado. De fondo, la pantalla de juego de Killswitch. ¿Qué estaba pasando?
Comencemos desde el principio, con el lanzamiento de Killswitch. El juego llegaba a las tiendas de manos de Karvina Corporation allá por 1989. Un monocromático de lo más peculiar y en el que el usuario podía interpretar hasta un total de dos personajes: Porto y Ghast. Cada uno de ellos tenía sus características. Porto, por ejemplo, era una mujer humana que podía agrandar o empequeñecer su tamaño. Ghast, por el contrario, era un demonio con la habilidad de lanzar fuego. ¿Su problema? Ghast era completamente invisible, lo que hacía imposible jugar con él. No podía detectarse en pantalla, ni calcular su rango de movimiento, ataque o tan siquiera los saltos.
Como ya estaréis imaginando, todos los jugadores terminarían interpretando a Porto. En lo que a mecánicas jugables se refiere, situados en una mina nuestra misión sería la de recopilar hachas de hierro utilizando para ello nuestros poderes. Por el camino deberíamos de enfrentarnos a personajes de todo tipo, entre otros a demonios de una apariencia similar a la de Ghast. Recopiladas todas las hachas comenzaba así el gran misterio: desvelar el código que ésta contenían. Pasaron los años y poco a poco los jugadores se hicieron eco de la leyenda e historia de Killswitch. Finalmente, un usuario de nombre Porto881 aparecía cuando más lo necesitaban los jugadores. Era en momentos en los que los usuarios se quedaban atascados ante la imposibilidad de avanzar en la historia cuando Porto881 ofrecía pequeñas ayudas.
Durante uno de los pasajes que más trajo de cabeza a los jugadores, Porto881 recomendó que el personaje debía ingerir coque crudo, de esta manera conservaría el tamaño normal del protagonista, afrontando los niveles finales del juego y salir de la mina. Dicho y hecho. El truco funcionaba. Porto podía avanzar sin problemas durante el nivel, pero antes de alcanzar la meta la pantalla del videojuego se volvía blanca. El juego había sido eliminado por completo del disco duro.
Aunque pueda parecer un easter egg o una broma por parte de los desarrolladores, ocultando el videojuego en otra carpeta, lo cierto es que Killswitch quedaba literalmente borrado del ordenador. No había forma de recuperarlo. Aunque sólo se realizaran 5.000 copias del título, Karvina Corporation recibió un importante número de críticas por esta acción. Eso sí, dado el misterio que se había formado en torno al videojuego no fueron pocos los usuarios que decidieron volver a adquirirlo con tal de desentrañar el misterio.
El estudio no tardó en salir a la palestra, pronunciándose sobre la situación. ‘Killswitch fue diseñado para ser una experiencia de juego única’, exponía. ‘Como la realidad, es irrepetible, irrecuperable e ilógica. La muerte es definitiva; la muerte es completa. Los destinos de Porto y su amado Ghast son tan desconocidos como los nuestros. Queremos que esto sea así y os pedimos que respeten ese deseo’.
No cabe duda de que el mensaje es cuanto menos peculiar. Unas palabras que con jugadores dedicados por completo a profundizar en el misterio de Killswitch no hicieron más que acrecentar la pasión por el caso. A partir de aquí la leyenda en torno a Killswitch se difumina bastante. No se ha encontrado información referente a Yamamoto ni al estudio creador del videojuego. Aunque se puede encontrar algún gameplay aislado de Killswitch en internet, los únicos existentes éstos pertenecen a la misma cuenta.