Sale a la luz que Nintendo DS estuvo a punto de tener su propio Mass Effect
ANÁLISIS
Harry Potter es sinónimo de muchas cosas. Lo es de éxito en literatura infantil y juvenil. También lo es de éxito apoteósico en cine. Y se puede decir que llegó a tener hasta su propio género en videojuegos. Todo el mundo ha querido ser como Harry Potter, pero ni las Catastróficas desdichas de Lemony Snicket, ni Charlie y la Fábrica de Chocolate, ni La Niñera Mágica, ni Las Crónicas de Narnia, ni Eragon, ni (sobre todo) La Brújula Dorada han estado ni siquiera cerca de conseguirlo. Y todos lo han intentado, al menos, adaptando libros a películas y videojuegos.
El nuevo juego se ha creado en base a la más pura acción.
Sin embargo, mientras que la reputación de los libros y películas va quedando sin tacha después de siete libros y casi ocho películas, con los videojuegos que ha realizado EA no se puede decir lo mismo
El juego que hoy nos llega hace que recordemos lo que sucedía en el año 2001. En aquellos momentos, una EA igual de grande y poderosa que la actual, lanzaba un juego con el motor de Unreal para PC, PSX y GBA. La primera versión, que era la mejor, contaba con unos gráficos cuidados, un desarrollo interesante, una constante reinvención del mundo de J.K. Rowling, llena de emotivos guiños a la audiencia, sin duda plagada de fans. Se notaba que aquel juego pretendía llegar a vender mucho, y que quería hacerlo a través de algunas ideas interesantes.
La segunda parte fue continuista, la tercera intentó ser más abierta… Tras un pequeño tropezón en El Caliz de Fuego, la cuarta entrega de la serie, y con un juego de Quidditch que, lamentablemente, no tuvo continuidad en el mercado, llegó el gran La Orden del Fénix, una especie de GTA por Hogwarts que, lamentablemente, se veía demasiado lastrado por tener que contar la historia de la película, y al que si le hubiesen incluído algunas horas más de desarrollo con guión extra, sin duda hubiese sido obra maestra.
Mala suerte para los fans, El Misterio del Príncipe cogió todo lo bueno de su antecesor y lo limó, quitando más que poniendo.
Para el capítulo final, partido en dos como en las versión cinematográfico, los chicos de EA han intentado cambiar. Pero, una vez más, se les nota el cansancio. Mientras que en el cine no reina la desidia, en los videojuegos es nuestro plato del día. Las Reliquias de la Muerte 1ª Parte es fruto del desinterés de sus creadores. No faltos de buenas ideas, ni de medios, pero sí de ganas de desarrollar un buen videojuego. El nuevo título de Potter toma el camino directo de la acción, adornado con fases de sigilo, con la capa de invisibilidad, algo casposas. Se ve intención en los gráficos, pero no puedes pasarte tanto tiempo por los mismos escenarios lanzando Desmaios y Expulsos y quedar contento.
El juego decepciona porque, una vez más, parece no tomarse en serio al personaje. No ha querido ser el juego definitivo de niñor magos como sí que se le veían las intenciones a La Orden del Fénix.
Sin embargo, algunos detalles, sobre todo la inclusión de un modo on rails con Kinect en la versión de Xbox 360, hacen que el juego resulte mucho más interesante.
Sin embargo, y pese a que nos haya dejado mucho más satisfechos Lego Harry Potter, algo en nuestro interior llama a la nostalgia. Habrá quien piense que no importa, y que casi lo deseen, pero se acerca el final de Harry Potter. En junio se acabarán las películas. Y con ellas, por supuesto, los videojuegos. Es una de las últimas oportunidades que tenemos de vivir de una forma interactiva el universo Rowling. Así que, pese a que el juego no sea todo lo que cabía esperar de él, nos brinda una oportunidad para ir despidiéndonos del niño mago, que ya no es tan niño.