Grand Theft Auto, Tomb Raider y otros juegazos a los que el tiempo les ha pasado factura

Nunca está de más echar la vista al pasado y rememorar grandes clásicos, algo que podemos aplicar al cine, la música y por supuesto los videojuegos. A diferencia de otros medios, en los videojuegos es más común encontrarnos con obras que no han envejecido bien con el paso de los años. Y no hablamos precisamente de juegos que pasaron sin pena ni gloria, sino de auténticas influencias.

Un ejemplo es GTA, el primer título de la saga de Rockstar que se convertiría en referente para el género del mundo abierto. Eso sí, el estreno de la franquicia en PSX dista mucho de los que conocemos a día de hoy, haciéndolo prácticamente injugable. Un control tosco, una vista cenital más molesta que útil entre otras cosas serán algunas de las adversidades contra las que deberemos de luchar en 2020.

Tomb Raider se convirtió en parte de la cultura pop a finales de los 90. Lo tenía absolutamente todo para triunfar, y vaya que sí lo hizo, empezando como no por su protagonista. Lara Croft fue el punto de partida para que muchas más mujeres protagonizasen videojuegos. A pesar de ello, disfrutar de la aventura de Lara a día de hoy puede ser un verdadero quebradero de cabeza, siendo la cámara un enemigo más al que enfrentarnos.

Si hiciéramos una encuesta sobre los jugadores que lograron terminar Assassin’s Creed, la respuesta seguramente te sorprendería. No cabe duda de que Ubisoft puso la primera piedra a la hora de entender los juegos de estilo sandbox, tanto por planteamiento como características jugables y visuales. Por mucho que intentara caernos en gracia, con Altair nos sentimos como un chico de los recados en un mapa en el que poco o nada había que hacer.

Todas las menciones anteriores supusieron un punto de inflexión en su momento, incluso ayudando incluso a la creación de un nuevo género. Este fue el caso de Resident Evil, haciendo lo propio con el Survival Horror. Aunque a mediados de los 90 Capcom nos quitara el sueño en más de una ocasión por culpa de la mansión Spender, hoy en día es una visita que nos replantearíamos.