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Análisis
Un año después de que Xbox 360 saliese al mercado, Capcom decidió apostar por ella con juego realmente original: Dead Rising. En él controlábamos a un fotógrafo socarrón y pendenciero en un centro comercial lleno de zombis y, bueno, otro tipo de malas criaturas.
Años después, y después de que para Wii en el centro comercial apareciese como poco más que un supermercado, Capcom retomaba el concepto de juego abierto con hordas de zombis estúpidos, pasando de los pasillos de un Mall a los de los casinos de Fortune City. En dicho juego, cambiábamos a Frank West, el protagonista del original, por Chuck Greene, un amargado motorista acrobático que tenía que encontrar vacunas contra el virus zombi para salvar a su hija. El juego corregía algunos de los errores de su original predecesor. Pero perdía en humor gamberro, dándole más peso al drama.
Ahora, un año después, Capcom enmienda su error. Para todos aquellos que admitieron la grandeza de Dead Rising 2, pero criticando la presencia del bueno de Chuck, llega Off the Record, un curioso juego que sirve como remake de Dead Rising 2, con algunas jugosas novedades y, sobre todo, con Frank West en la campaña que ya pudimos jugar hace un año.
Lo curioso del juego es, realmente, probarlo tras haber probado Dead Rising anteriormente. En ese caso ves como la sutileza de algunos de los cambios. Si recordamos bien, al principio, controlábamos a Chuck en medio del concurso que se está realizando en Fortune City para matar muertos vivientes. En esta edición, todo es igual que en el original... Salvo que cambiamos la forma de matar zombis, y nos vemos en la misma situación, pero controlando a un Frank West vesgtido con una ridículas mallas de luchador de wrestling.
Todo lo que vimos en Dead Rising 2, pero con el toque Frank West
Los planos, la introducción, todo, es idéntico a Dead Rising. La forma de comenzar el argumento, con un atque terrorista que libera a los zombis en las calles de Fortune City, son realmente idénticos. Sólo cambia que ya no hay más Chuck, y sí hay Frank.
Incluso la necesidad de Zombrex, la medicina que evita durante 12 horas que la hija de Chuck se convierta en una mala bestia se ha conseguido sustituir argumentalmente, con la necesidad del propio West de consumirla.
A rasgos generales, es el mismo juego, es la misma historia, es el mismo todo. Mejora la cámara, pero mejora notablemente el personaje. De hecho, y esperando no destripar nada importante a nadie, se ha conseguido encajar de una forma hábil y divertida el significado de esta locura de remake. Para saber la respuesta a este pequeño, pequeñísimo spoiler, tendréis que acabar el juego, descubriendo los tres nuevos piscópatas que Capcom ha colocado en las inmediaciones. Alguno de ellos, realmente surrealista, sobre todo teniendo en cuenta que son personajes que en Dead Rising 2 salían como secundarios, pero, digamos, en el lado de los buenos.
Evidentemente, para conseguir disfrutar de esta secuela/remake/parodia o cómo cada uno decida llamarlo, tienes de que ser dos tipos de persona diferentes: por un lado, puedes ser un fanático de la saga, que quiere descubrir cómo hubiese sido el genial juego con el genial personaje. Por otro lado, también puedes ser nuevo en esto. Si nos has probado el original, es más que probable que disfrutes más de esta segunda/segunda entrega. Pero, si jugaste y no disfrutaste lo suficiente con el original, difícilmente Off the Record vaya a solucionar el problema. En general, es más redondo. Pero no es, ni mucho menos, necesario. Es una especie de parche a los problemas de un juego que no consiguió cuajar todo lo que se esperaba de él. ¿Podía haber salido como un DLC normal y corriente? Pero no sería un juego nuevo, como se pretende hacer ver con esta edición. Este tierra de nadie que sufre Off the Record puede ser el mayor punto en contra de un juego de un título que, realmente, lo tiene todo para entretener a futuros jugadores. Esperemos que muchos sepan entender todo lo que esconde en su interior. Que, por supuesto, es mucho y muy, muy original...