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NO SE HABLA
Como todos sabemos, la cultura japonesa cuentan con ciertos rasgos de lo más peculiares y que llaman la atención a personas de todo el mundo. De las características más comunes que nos encontramos entre la población japonesa, destaca lo reservados y cautelosos que son sobre todo a la hora de mostrar sus debilidades. La sociedad del país nipón evita hablar sobre sus fallos, errores o cualquier tema que los expongan ante los demás, lo que hace provoca que algunas temáticas sean tabú entre su población.
Un tema tabú entre los japoneses es el relacionado con los burakumin, la clase social más baja del país y a la que pertenecen al menos 3 millones de personas. Aunque actualmente los burakumin cuentan con la misma manera de hablar y expresarse, rasgos físicos parecidos y proviene de la misma etnia que las otras clases sociales del país, siguen siendo discriminados por el trabajo que tradicionalmente hacían sus familias.
Los burakumin nacieron en la era Tokugawa, época en la que la sociedad se dividió en 5 niveles diferentes. Mientras que los samuráis eran los más venerados y por tanto pertenecían al primer grupo, los carniceros, sepultureros y curtidores estaban en el último.
Al ser rechazados por gran parte de la sociedad, las personas que pertenecían a este grupo se marginaron y juntaron en grupos, creando así asentamientos alejados del resto de ciudadanos japoneses. A pesar que con el tiempo el estilo de vida mejoró en el país, la continua discriminación hacia los burakumin, no les permitió progresar del mismo modo que el resto de la sociedad, ni económica ni culturalmente.
Desde hace unos años, algunos pocos miembros de los burakumin consiguen estudiar y sacarse una carrera, sin embargo siguieron encontrándose con barreras en el mundo laboral. A la hora de contratar a alguien, muchas empresas utilizan el koseki, un libro con la historia familiar completa. Cuando descubren que un candidato pertenece a los burakumin, muchos son rechazados sin importar sus estudios y basándose simplemente en su historial familiar.
Otro tema tabú de los japoneses es cualquiera que tenga que ver con los coreanos, especialmente con Corea del Norte. Hace cientos de años, cuando Japón ocupó Corea, muchos coreanos fueron llevados al país nipón como esclavos, de los cuales nacieron los considerados zainichi coreanos, japoneses con padres norcoreanos. Al no ser totalmente japoneses, la sociedad los discriminaba hasta tal punto que tenían sus propias escuelas, aunque esto también tenía que ver por sus diferencias culturales.
Actualmente, este rechazo por parte de los japoneses no ha permitido que esta parte de la sociedad llegase a sectores considerados de culto. Sin embargo, muchos de sus miembros se han dedicado a otros negocios bastante rentables como el de las tiendas de máquinas tragaperras.