DIETA JAPONESA
Existe alguna gastronomía más sana que la nuestra. La dieta mediterránea de España es, según todos los expertos, una de las mejores y más sanas del mundo. Es ciertamente uno de los motivos de la elevada esperanza de vida de los españoles, una de las mejores del mundo. Pero hay un país en el que hombres y mujeres nos ganan en esos de vivir más: Japón.
Según todos los expertos, ese país que admiramos por sus productos tecnológicos, videojuegos, mangas y animes, tiene también una gastronomía envidiable que los hace vivir más. Japón es un país muy sano en cuanto a la alimentación y se toma muy en serio la corrección a la hora de comer y de evitar el sobrepeso. Algunos de los alimentos japoneses, aunque nos parezcan extraños, están altamente recomendados.
Es evidente que muchos de los alimentos de Japón, considerados muy sanos, pueden suponer una barrera cultural para nosotros. Es decir, no a todo el mundo le gusta el sushi o el sashimi, el pescado crudo en general, ya que culturalmente no entra dentro de nuestra dieta. Pero lo cierto es que son alimentos muy saludables. Pero sí, en Japón llegan a servirte sashimi de ranas cuyas patas siguen moviéndose en los platos... Es un choque muy grande y es entendible.
Y es que la gastronomía japonesa está repleta de platos con mala pinta pero que son saludables; por ejemplo, se venden larvas de abeja enlatadas, de igual forma que aquí vendemos mejillones enlatados. Las algas, no podemos olvidarnos de ellas. Aunque en nuestra dieta no son habituales, si bien se están empezando a utilizar mucho más, en Japón es un alimento tan común como la lechuga. Sus propiedades son magníficas -especialmente para pulmones y riñones- y se pueden usar para muchos platos, generalmente junto al arroz. Hay muchos tipos y, por supuesto, están tratadas de forma profesional, no se sacan de la playa directamente al plato.
El miso es una pasta hecha con semillas de soja -y cereales en algunos lugares- y sal marina fermentadas con el hongo koji. Es un sabor fuerte, como cualquier alimento fermentado, aunque algunas variantes son más suaves. La soja fermentada es uno de los alimentos más sanos del mundo y en el miso tenemos tres tipos: desde el miso blanco con soja fermentada 1 año, hasta el miso negro con soja fermentada 3 años. Contiene vitaminas y minerales como el calcio, el hierro y el potasio. Mejora la digestión e incluso previene de infecciones estomacales.
Cuando hablamos del nattō, también hablamos de soja y de fermentación. Pero ojo, en esta ocasión son las semillas de soja fermentadas. Nuevamente estamos ante un sabor poco agradable, al menos para los paladares occidentales poco acostumbrados, pero sus valores nutricionales son evidentes y mejoran la salud de los habitantes nipones. Contiene vitaminas, enzimas, aminoácidos esenciales, e incluso es un potente agente anticoagulante capaz de disolver coágulos. Para su elaboración hay que mezclar las semillas de soja con bacterias "bacillus natto", que se compran en las tiendas, se deja fermentar unas 20 horas y después un par de días más en la nevera.