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NO SÓLO LA DIETA
Uno de los aspectos más curiosos de la sociedad nipona, que podemos ver en películas, imágenes del país, o cualquier videojuego, es la poca cantidad de personas con sobrepeso en comparación con otros países desarrolladores. Sólo el 3.5% de sus ciudadanos son obesos, mientras que en España esa cifra aumenta hasta el 17%. Estados Unidos tiene un 33,6% de personas obesas.
¿Cómo puede ser que Japón tenga un índice tan bajo en comparación con países como España, en donde nuestra dieta mediterránea es envidiable en todo el mundo? Por supuesto, no se trata de una casualidad, y el motivo es un gobierno comprometido a lo largo del tiempo con la salud de su población. Esto no sólo aumenta la salud de forma general, también ahorra dinero al país al reducir los casos de enfermedad.
Por ello Japón tiene varias normas y leyes preventivas que favorecen que las personas tengan un peso adecuado, en lugar de apostar por soluciones posteriores como las dietas. Muchas de estas medidas y leyes se escudan en la campaña Salud Japón 21, siendo algunas de las más conocidas la Ley Shuku Iku o la Ley Metabo.
La Ley Shuku Iku pretende que todos los estudiantes conozcan en clase los peligros de mantener un buen estado de forma, además de consumir una buena alimentación. La cadena alimentaria, el origen de los productos, sus propiedades, etc. Por ello los menús de las escuelas están muy controlados por el estado, nutricionistas profesionales dan clases de alimentación a los estudiantes y los niños ayudan a preparar su comida en clase, conociendo las técnicas más sanas.
La famosa Ley Metabo es similar a la anterior, pero en esta ocasión fomentando la cultura de la buena nutrición a los adultos. Se promueve que las personas se midan su contorno de cintura una vez cada año, y esto lo hace tanto la administración pública como las empresas privadas. Si un empleado no tiene un peso adecuado, desde las empresas se anima a que dichos trabajadores acudan a sesiones de ayuda y hagan ejercicio. Las empresas suelen tener unos minutos de descanso para hacer ejercicio, algunas con gimnasios incluidos, y se fomenta el ir caminando o en bicicleta al trabajo.
Es más, algunas empresas deben pagar más impuestos si sus trabajadores sobrepasan el índice del 10% de sobrepeso. Por este motivo las empresas ofrecen incentivos a los empleados que se apunten a gimnasios o siguen dietas saludables.