ESCENA SURREALISTA
Una escena sorprendente y surrealista que se ha producido en las calles niponas y que se ha viralizado en las redes sociales.
Sin duda la licencia de videojuegos Grand Theft Auto es una de las sagas en las que, por la libertad que ofrecen sus desarrolladores, pueden generarse más situaciones extrañas relacionadas con los personajes controlados por medio de la IA. Sin embargo, seguro que por muy peculiares que fuesen, ninguna podría superar lo ocurrido recientemente y en la realidad en una tienda japonesa.
Japón es un país repleto de las llamadas tiendas de conveniencia, establecimientos que ofrecen una buena cantidad de productos diferentes. Por lo general tienen una superficie menor a 500 m² y un horario comercial superior a las 18 horas, además de abrir todos los días del año. Son famosas cadenas como 7-Eleven, Lawson y FamilyMart en el país del sol naciente, y pueden comprarse productos tan diferentes como comida recién hecha o cómics manga.
Sin embargo, pese a vender comida, no está permitido cocinar en ellos y nadie puede hacer uso de su electricidad sin permiso. Por ello, cuando un hombre de la ciudad de Kasuya, prefectura de Fukuoka, llegó el martes pasado con una arrocera eléctrica y una sartén para saltear unos fideos, los responsables de un establecimiento con estas características no dudaron en llamar a la policía ante la pasividad del hombre.
Después de aparcar, el hombre sacó una arrocera eléctrica y una placa calefactora, enchufó los dos aparatos de cocina en un toma de corriente en una pared exterior de la tienda, y también sacó una sartén y comenzó a sofreír algunos fideos yakisoba con una botella de salsa para ellos. Los empleados le hablaban, pero él hacía oídos sordos ante sus quejas. Terminó por llegar la policía, pero la situación no cambió.
El hombre se puso a cocinar a las 6 de la mañana, la policía llegó media hora después y el hombre decidió con total pasividad ir hasta su coche y encerrarse dentro ignorando a los agentes. No fue hasta después del mediodía que el hombre decidió arrancar su vehículo y marcharse con total tranquilidad, siendo seguido por los agentes que habían estado horas intentando hablarle.
Unas horas después de conducir perseguido por la policía, el tráfico se volvió tan denso en las afueras de la ciudad que no vio otro remedio que detener el vehículo. En ese momento fue arrestado por la policía. Si bien la persecución no causó ningún tipo de accidente o daño, por supuesto el hombre está acusado de cargos muy graves por huir de los agentes.