UN LUGAR REAL
Sin duda Demon Slayer (Kimetsu no Yaiba) es una de las grandes series manga y anime actuales, siendo ya seguida por millones de personas en todo el mundo, especialmente desde el estreno de su adaptación animada creada por el estudio Ufotable. El manga de Koyoharu Gotōge ha sido uno de los grandes fenómenos de 2020 en Japón. Por supuesto se trata de una historia ficticia basada en demonios, leyendas niponas y grandes guerreros, pero lo cierto es que muchas de estas licencias también se inspiran en lugares y hechos reales para contar sus historias.
Por ejemplo, en un momento del anime el protagonista, Tanjiro, corta una roca con su katana. Una más que probable referencia al Santuario Haban, uno de esos peculiares lugares ocultos en el Japón más rural. El Santuario Haban, cuyo nombre podemos traducir como "roca destruida", sería un enclave que podríamos ver perfectamente en la serie anime, aunque en otro tiempo. Sin embargo, una vez que pase la pandemia, seguro que podemos visitarlo y descubrir uno de esos lugares que seguro sirvieron de inspiración para el anime en Himeji, Prefectura de Hyogo.
Sí, muchos conocedores de Japón habrán reconocido ese nombre por el también mundialmente famoso Castillo de Himeji, en el centro de la ciudad, sin embargo para visitar el Santuario Haban tenemos que irnos a las afueras de la ciudad -cerca de la estación Oichi en la línea Kishin-. El templo, fantásticamente cuidado, consagra a Sugawara no Michizane, también conocido como Tenjin, que en Japón se le considera el dios del aprendizaje. La roca partida, sin embargo, se encuentra a unos minutos del santuario, alrededor de media hora de paseo por el Japón más rural.
El lugar no puede ser más idílico para los fans de la cultura japonesa, las películas de samuráis o los apasionados de la serie anime. En pleno Japón rural, tras cruzar un pequeño bosque de bambú, encontrarás esta roca partida que los japoneses conocen como wareiwa. Se trata de una gran piedra partida por la mitad, envuelta por una cuerda de purificación shimenawa, lo que ayuda quizás más a meterse en el ambiente.
La historia real de esta roca cuenta que después de que el marido de la emperatriz Jingu, el emperador Chuai, fuera asesinado por los rebeldes, la emperatriz se vengó brutalmente. Agarrando un arco, disparó una lluvia de flechas contra las fuerzas rebeldes, y su tercer disparo alcanzó la roca del Santuario Haban con tal fuerza que provocó esta apertura.