HISTORIA CONMOVEDORA
Si en su día parecía que la historia ya había obtenido su final feliz de cuento, parece que no era más que un simple aperitivo hasta dar con esa vuelta aún más emocionante.
En Japón nos han demostrado con el paso del tiempo que no solo nos encontraremos con interesantes leyendas o artículos que parecían imposibles de imaginar, como el arte creado a partir de secretos. Sin embargo, también guarda un imponente espacio para las historias conmovedoras. Una de las que más emocionó en su día a internet era protagonizado por un hombre que simplemente haría cualquier cosa por salvar a su gato.
Este hombre se hace llamar Leiz en la página japonesa en la que subastaba su Toyota Supra de 1989, un vehículo que, además, llevaba conduciendo desde principios de los 90. Sin embargo, pese al gran cariño que tenía por este coche, optó por vender este con la simple intención de obtener el dinero suficiente para poder pagar el tratamiento médico de su gato. Una historia que, sin duda, emocionó a muchas personas, sobre todo al que optó por comprar el vehículo.
En su día, como bien os contamos, Leiz marcó como precio del vehículo 2,7 millones, una cifra que no creía que nadie aceptase pero que sin duda necesitaba para cuidar de su gato. Sin embargo, se llevó una grata sorpresa en el momento en el que su historia se difundió hasta llegar a Masakoba, el comprador de su vehículo y quien optó por hacer un trato. Tras comprar el vehículo, construiría un garaje en su propiedad para guardar el coche y, finalmente, vender este en un futuro a Leiz por el mismo precio, convirtiendo la venta en sí en una especie de préstamo para salvar a su gato.
Lo que ya parecía un final feliz no era más que un comienzo
Si bien esto ya podía parecer más que un final feliz de cuento, la realidad es que no había hecho más que empezar la historia. Ahora Leiz ha confirmado que su gato no solo ha acabado el tratamiento médico, sino que además ha regresado con muy buena salud. Por ello, si bien Leiz podía tener en mente que quiere comenzar a ahorrar para hacerse con el vehículo, ahora se ha encontrado con una tierna sorpresa.
Recientemente se ha encontrado como su vehículo se paraba justo en frente de su hogar y, para su sorpresa, en un estado mucho mejor que cuando lo vendió. Esto se debe a que Masakoba se ha pasado los últimos meses arreglando el vehículo en todos los sentidos. No solo ha tratado los paneles de la carrocería, sino que incluso ha trabajado esta para pintarla de nuevo. Y no con cualquier pintura estándar, sino que ha pagado para que el vehículo se rociase de nuevo con la pintura de fábrica específica para este vehículo.
Todas las piezas o que podía llegar a deteriorarse han sido tratadas para dar a Leiz un vehículo que parece completamente nuevo, tal y como en su día lo estrenó. De este modo, al mantener un constante contacto con el verdadero dueño del vehículo y al saber que el gato ya está bien, Masakoba decidió que los mecánicos acercasen el coche al hogar de Leiz, indicándoles que lo dejasen allí para devolvérselo y, de este modo, celebrar la buena salud del gato, sin ningún tipo de cargo.
Un bonito gesto que ha enternecido a las redes
La intención de Masakoba en todo momento era devolverle el vehículo a Leiz sin ningún tipo de préstamo, sin intención de que le devuelva el dinero. De hecho, cuando mandó a los mecánicos a arreglar la avería del coche lo hacía sin intención de que este tuviese que pagar los gastos de mantenimiento. Su intención simplemente era la de ayudar sin que nada le sea devuelto. No espera nada, sino que ha buscado ayudar a quien lo necesitaba.
De hecho, un aspecto que llama la atención es que, a pesar de que quería devolver el vehículo mucho antes de que el tratamiento se acabase, este proceso llevó más tiempo del esperado. Sin embargo, eso no impidió que en su día se acercarse al santuario con intención de dejar un amuleto omamori de buena suerte en nombre del gato para, de este modo, desear que el tratamiento funcionase de la mejor forma posible.
Por supuesto, otro aspecto que puede llamar la atención es saber que Masakoba mandó a los mecánicos a dejar el coche en lugar de ir él mismo. ¿Por qué? Lo hizo como un gesto para no estropear el momento ya que no quería que Leiz sintiese que debe agradecerle nada, sino darle la oportunidad de reencontrarse con su vehículo, un coche con el que ha compartido tan buenos momentos mientras celebra que su gato, finalmente, ha tenido un tratamiento exitoso.