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LEYENDA DE AMOR

Sakura y Yohiro: La historia de amor que explica el nacimiento de la flor de cerezo

Se trata de una de las leyendas de amor más conocidas y que explica el nacimiento de uno de los árboles más emblemáticos de Japón.

Flor de cerezoPixabay

Japón es un país único. Se trata de uno de los destinos más queridos, tanto por su cultura y tradición como, en sí, por la belleza de sus entornos naturales. Otro aspecto por el que este país destaca con tanta fuerza se debe a la cantidad de leyendas que presenta. Algunas tienen una perspectiva que asusta incluso a los corazones más valientes, sobre todo cuando hablamos de aldeas que han desaparecido. Sin embargo, también hay historias de amor que perduran a lo largo de los años.

La leyenda de Sakura y Yohiro nos cuenta el origen de la floración de uno de los árboles más emblemáticos de Japón. A la hora de pensar en el país nipón, no podemos evitar pensar en el cerezo, uno de los árboles más hermosos y cuyas flores son muy reconocibles. Por ello, siendo un árbol tan querido, cuenta con una de las leyendas de amor más bellas jamás contadas.

Flor de cerezo | Pixabay

Una historia de amor y origen de la floración del cerezo

Mucho tiempo atrás, en un tiempo donde tenían lugar grandes conflictos bélicos, existía un bosque repleto de árboles de gran belleza, todos con abundantes flores y belleza natural. Este lugar lograba aportar calma a aquellos que lo visitaban, por lo que jamás se producía un combate en el lugar. Si se acercaban, era para contemplar la belleza de todos los árboles, excepto de uno de ellos.

Entre todos los árboles de copa abundante se encontraba un árbol al que nadie quería acercarse. Se trata de un árbol de aspecto seco y de apariencia decrépita que desentonaba en el lugar. Viendo la situación del árbol, un hada se conmovió y se decidió a ayudarle. Esta le propuso al árbol lanzarle un hechizo gracias al cual podría sentir lo mismo que un corazón humano durante 20 años. En este tiempo, el árbol tendría la oportunidad de vivir la emoción y, con suerte, que esta misma fuese capaz de hacerle florecer. Durante este periodo incluso podría transformarse en humano.

Sin embargo, a pesar de poder transformarse en humano, el hada le dio un gran aviso. Y es que si en ese tiempo el árbol no lograba recuperarse y transformarse, moriría finalmente. A pesar de esta gran condición, el árbol aceptó y decidió comenzar a transformarse para integrarse en el mundo humano. Lamentablemente, viviendo una época en la que todo era odio y destrucción debido a las guerras bélicas.

Flor de cerezo | Pixabay

De la amistad, finalmente surgió el amor

Rehuyendo a estos debido a la muerte que los rodeaba, los años fueron pasando y el árbol comenzaba a perder la esperanza. Un día, al transformarse en humano para pasear y tratar de disfrutar del entorno, el árbol se encontró con un arroyo y, en este, a una joven de gran belleza que le trató con amabilidad. Esta se trataba de Sakura, con quien mantuvo una agradable charla sobre el estado del mundo debido a la guerra y a quien ayudó a llevar agua hasta su hogar.

Al preguntarle al árbol por su nombre, este consiguió balbucear Yohiro (“esperanza” en japonés). Con el paso de los días, ambos se fueron encontrando, formando una bella amistad que, finalmente, se convirtió en amor. En este momento y con el tiempo corriendo en su contra, Yohiro decidió confesar a Sakura tanto sus sentimientos como su verdadera naturaleza, afirmando que se trataba de un árbol a punto de morir. Ante estas palabras, Sakura simplemente calló.

Los días pasaron y llegó el día final. Cuando el tiempo se acababa para cumplir los 20 años del hechizo, Yohiro se convirtió en árbol nuevamente. Sin embargo, para su sorpresa, Sakura llegó al lugar y lo abrazó, contándole que ella también lo quería. Ante esta confesión, el hada apareció de nuevo, ofreciéndole a la joven Sakura dos opciones: seguir siendo humana o fundirse con el árbol.

Enamorada de Yohiro, Sakura eligió fundirse por siempre con el árbol, lo que dio lugar a las flores del árbol, el famoso cerezo. A partir de este momento su amor puede verse cuando los árboles florecen. Un instante en el que la belleza encuentra su lugar y donde, al florecer, podemos ver la gran belleza del amor de Sakura y Yohiro.

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