REFLEJO DEL PASADO
Uno de los personajes más famosos y queridos de ‘Dragon Ball’ se caracteriza precisamente por tener seis puntos dibujados en su frente pero, ¿por qué?
Hablar de las licencias más famosas del manga y del anime nos hace pensar en ‘Dragon Ball’. Después de todo, se trata de una de las historias de Akira Toriyama que ha logrado conquistar a los fans de muchas y variadas formas, sobre todo con sus transformaciones con el tiempo. Son distintas líneas temporales, diferentes personajes y aventuras y, sin embargo, esta licencia nunca ha dejado de llamar la atención de los fans.
Muchos fijan su atención en Goku, siendo uno de los personajes más reconocidos de toda la serie. Sin embargo, hay quienes han demostrado ser auténticos fans de Krillin, como es el caso del mangaka de Naruto. Si nos fijamos en este, puede no ser el personaje más fuerte y, sin embargo, tiene muchas características que lo hacen único. Una de ellas es, precisamente, esos seis puntos que están dibujados en su frente. ¿Sabes por qué?
Una vuelta a su entrenamiento como monje
Si bien podemos pensar que se trata de un motivo que viene centrado en simplemente estilo ya que es una característica que vemos en el personaje desde su primera aparición, la realidad es bastante distinta. Esto se debe a que Krillin es monje y, si bien este motivo por sí solo no tiene gran peso, son los motivos que vienen junto a esta descripción los que dan profundidad a esta decisión.
Muchos fans sabían que el personaje es monje pues se confirma desde casi el principio. Debes saber que empezó este entrenamiento cuando apenas tenía 4 años, un entrenamiento duro para el que estaba preparado. Sin embargo, fue un acontecimiento más adelante el que le llevó a tener que situarse esos seis puntos en la frente junto a otros compañeros, todo con intención de salvar su vida.
Un símbolo para salvar su vida
Tal y como se confirmaba en el foro de la revista Kung Fu Magazine, se indica que Krillin tuvo que situarse estas seis marcas con intención de protegerse. Entre los años 464 y 549 d.C, el emperador Liang Wu Ti inició una campaña para asesinar a todos los rebeldes que se hacían pasar por monjes dentro de los templos budistas. Sin embargo, saber quiénes eran reales y quiénes impostores era complejo, por lo que se generó que, en ocasiones, algunos monjes reales cayesen en combate. Fue por ello que los monjes, tras reunirse, decidieron tomar cartas en el asunto.
Con intención de protegerse los unos a los otros, tomaron la decisión de marcarse la frente con seis punto que se pudiesen ver fácilmente. Estas, con los años, no desaparecerían ya que se trataría de una quemadura de incienso, una práctica que se realizaba en un ritual llamado Jieba y que, por lo tanto, cada monje mostrado en la historia habría realizado para, de ese modo, poder salva su vida de los ataques.